El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó la muerte del líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Bakr al Baghdadi, en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses llevada a cabo en Idlib, noroeste de Siria.
El mandatario realizó la declaración desde la Casa Blanca después de que se reportara una redada contra un «objetivo del EI de alto valor», realizada tras la medianoche del sábado al domingo en la localidad de Barisha, fronteriza con Turquía.
«Ayer por la noche EE.UU. hizo justicia con el terrorista número uno en el mundo. Abu Bakr al Baghdadi está muerto», aseveró Trump.
La ubicación donde se encontraba Al Baghdadi se mantuvo bajo vigilancia durante cierto tiempo, y Trump precisó que la operación militar contra el líder terrorista se planeó aproximadamente hace dos semanas.
El presidente detalló que Al Baghdadi acabó su vida «gimiendo, llorando y gritando hasta el final» de un túnel sin salida en el que fue acorralado por las fuerzas especiales, donde accionó su chaleco suicida. Lamentó que el terrorista más buscado del mundo se llevara consigo a tres niños que fallecieron en la explosión.
«Murió como un perro. Murió como un cobarde. El mundo es ahora un lugar mucho más seguro», declaró el inquilino de la Casa Blanca.
Trump detalló que «un gran número» de acompañantes y seguidores del líder del EI fueron abatidos junto a él en la operación, en la que otros terroristas decidieron rendirse. Añadió que ningún militar estadounidense perdió la vida durante el operativo.
Al Baghdadi se mantuvo escondido durante los últimos cinco años de su vida, en los que surgieron numerosos rumores sobre su fallecimiento. En julio de 2017, se reportó que el mismo Estado Islámico anunció la muerte de su líder y nombró a su sucesor, pero hace pocas semanas apareció en la Red difundiendo un mensaje de contenido religioso.
El verdadero nombre de Al Baghdadi era Ibrahim bin Awad bin Ibrahim al Badri al Radawi al Husseini al Samarra’i, y se cree que nació en 1971 al norte de Bagdad (Irak). Su muerte lo convierte en el líder terrorista de más alto rango eliminado o capturado por EE.UU. desde que Osama bin Laden fuera abatido en el 2011.