Silvina Romano, investigadora del Conicet y de la Celag, es autora del libro «Lawfare: Guerra judicial y neoliberalismo en América Latina» referido a la persecución política por la vía judicial y la utilización de la ley para «aniquilar» al adversario político. En diálogo con Radio Textual (FM Sonar 97.9) dijo que «el caso más claro de lawfare en Argentina es el caso Nisman» porque «no se tienen pruebas, se manipuló el aparato judicial y la prensa operó a favor de una serie de personajes que acusaron directamente a la expresidenta Cristina Fernández».
Romano explicó que el concepto de lawfare nació de un coronel de las fuerzas armadas de EE.UU. El término law significa ley y warfare, guerra. Refiere a una guerra jurídica y al uso del sistema judicial para desacreditar a un adversario político.
«El lawfare se refiere a cómo Estados Unidos utiliza la ley y la justicia como un arma para aniquilar cualquier alternativa democrática que cuestione los lineamientos políticos, económicos y sociales planteados por ellos. Y que la gente piense que no hay alternativa posible y que lo único que es viable es el neoliberalismo», explicó.
La investigadora dijo que «el lawfare no funciona si no está articulado con medios de comunicación y redes sociales que operen en conjunto con un aparato judicial que lincha a determinadas personas».
«Esto aparece en la prensa y destruye la imagen pública de determinada persona. Se manipula la opinión pública y por eso tiene éxito», dijo.
«El tema de la corrupción, que es la noticia que más penetró en los últimos cinco años, fue presentado mediáticamente como el problema de América Latina. Ya no importa el hambre y la pobreza. Pero, ¿quiénes imponen esa agenda?, ¿Es verdad que la corrupción es el único problema?. En Brasil se demostró que el juicio político a Dilma Roussef y el encarcelamiento de Lula fue para que ganara Bolsonaro. Allí hubo lawfare», puntualizó.
El caso más claro de lawfare en Argentina es el caso Nisman, dijo. «Es un caso engorroso, grave. Fue en año electoral y culparon a la presidenta (Cristina Fernánde de Kirchner) sin pruebas. Salió en los diarios que fue la autora intelectual, pero no se sabe por qué. Hubo un enrarecimiento absoluto. Instalaron que lo mató Cristina. Mientras tanto la prensa no contó la historia de cómo siguió el caso. Lo que no se dijo nunca es la vinculación de Nisman con la inteligencia estadounidense e israelí. En este caso no se tuvieron pruebas, se manipuló el aparato judicial y la prensa operó a favor de una serie de personajes que acusaron directamente a la expresidenta», concluyó.
El término lawfare fue utilizado el lunes último por la expresidenta durante su declaración ante el Tribunal Oral Federal 2 por el redireccionamiento de la obra pública durante su mandato.
Cristina dijo que las acusaciones que pesan en su contra por corrupción en la obra pública durante su mandato constituyen un caso de lawfare.
«Todo este proceso es lawfare, se publicitan cosas que no ocurrieron para conformar una opinión pública para que los jueces no tengan más que condenar. No soy abogada penal, pero nunca en mi vida escuché un guión en lugar de una acusación fiscal», dijo CFK.