Unas 36.833 hectáreas de monte de caldén y pastizales se quemaron en La Pampa en lo que va de la temporada estival, una cifra sensiblemente inferior comparada con otros años. Menor cantidad de precipitaciones y un mejor mantenimiento de las picadas serían las causas principales que propiciaron el descenso del fuego.
Desde noviembre a la actualidad se desataron 35 focos ígneos en once departamentos provinciales, entre los que se destacan los distritos Capital y Utracán con seis siniestros.
Sin embargo, las superficies devastadas más amplias se ubican en Loventué, con 16.049 hectáreas; seguida por Chalileo, donde ardieron 8.232 hectáreas de campo.
De acuerdo a un informe elaborado por Defensa Civil, al que accedió Diario Textual, en la temporada 2017/18 se incendiaron 429.679 hectáreas en 101 focos, mientras que en el período 2018/19 se incendiaron 84.832, en 51 focos.
“Estamos contentos porque hasta ahora tenemos menos fuegos en La Pampa”, expresó el director de Defensa Civil, Luis Clara.
El funcionario explicó que la situación obedece a dos cuestiones primordiales: menor cantidad de lluvias y un mejoramiento en el cuidado de las picadas contrafuego, algo que permite mejorar el desplazamiento de las cuadrillas para facilitar la reducción de los focos. “Llovió menos en el invierno, los campos no se empastaron; por lo tanto, hay menos material combustible”, completó el brigadista.