El Superior Tribunal de Justicia (STJ) confirmó en las últimas horas que una hija de 3 años de Marcelo Tomaselli, el femicida de Carla Figueroa, no puede ingresar a la cárcel a visitarlo. Es una nena fruto de la relación con una mujer a la que conoció en la Colonia Penal 4 de Santa Rosa.
El STJ rechazó “in límite” el recurso de casación presentado oportunamente por su abogado defensor, Walter Vaccaro, para que se le permita a su hija visitarlo en la cárcel.
Este pedido ya había sido rechazado por el Tribunal de Impugnación Penal y ahora fue ratificado por la Sala B del STJ, según una sentencia a la que accedió Diario Textual. El temor es que mate a su ex e incluso que pueda lastimar a la niña.
Tomaselli había conocido en la Unidad 4 a N.C., una mujer de Santa Rosa. Allí, en la cárcel, ella quedó embarazada. Pero él, luego de romperse la relación, la amenazó de muerte. «La voy a hacer cagar», ha dicho Tomaselli en referencia a N.
El femicida recibía las visitas de la niña. Esta iba acompañada por los hermanos del condenado o su abuela paterna.
Pero el año pasado, hizo otro pedido: que su expareja fuera la que llevara a la hija en común.
Sin embargo, el Servicio Penitenciario avisó que Tomaselli amenazó de muerte a N. En consecuencia, un juez de primera instancia dispuso que la mujer ni la niña ingresen a la unidad carcelaria. Esa decisión fue ratificada por el TIP y ahora por el STJ.
Además de esta niña de 3 años, Tomaselli tiene otro nene, V., hijo de Carla. Hoy el niño -que ya logró el cambio de apellido- vive con su tía.
El 10 de diciembre de 2011 Tomaselli asesinó de 11 puñaladas a su novia Carla Figueroa en General Pico.
Por el femicidio de Carla, que trascendió las fronteras de la provincia, se modificó incluso el Código Penal Argentino.
La historia de Carla es sumamente dolorosa. Cuando era niña, su padre asesinó a su mamá Cristina. Carla fue testigo de ese asesinato. Se quedó sin madre y sin padre y fue criada por una hermana, Soledad.
Con 14 años, se puso de novio con Tomasselli. En 2008 tuvo un hijo, V.. Pero la relación con el padre era una pesadilla.
En 2010, Carla -de entonces 18 años- fue violada por su pareja. Lo denunció y fue encarcelado. Luego, sin embargo, la joven firmó el llamado “avenimiento” para perdonar a su violador.
Cuatro jueces intervinientes no consintieron el “avenimiento”, pero dos de una instancia superior, del Tribunal de Impugnación Penal, lo permitieron.
Con ese “perdón”, Tomaselli se casó con Carla, salió en libertad y una semana después, en la madrugada del sábado 10 de diciembre de 2011, la mató de 11 puñaladas. Lo hizo delante del hijo de ambos, de entonces 3 años. Rosana M., la madre de Tomaselli, también estuvo allí. En el juicio, contó sollozando lo que vio cuando su hijo, Marcelo, abrió la puerta y siguió apuñalando a Carla. «Me quedé dormida; me despierta el llanto desgarrador del nene, pensé que se había caído de la cama. Yo empiezo a golpear la puerta y no me abrían, sentía como una señal, que estaba haciendo algo, pero no sabía qué; a ella no la escuché», recordó. «Yo pateé la puerta -continuó-, me desgarré las dos caderas de tanto patear… Me abre la puerta, sin prender la luz veo a Carla paradita, que me tiraba los brazos y él la seguía apuñalando. El me abre los brazos llenos de sangre, la volvió a acomodar en el piso y le seguía dando», afirmó. Dijo que alzó al nieto y fue a la cocina, porque pensó que su hijo los iba a matar a los dos.
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