Un policía de Bernasconi mantuvo en vilo en la noche de este miércoles a la provincia. Fue interceptado en el cruce de las rutas 35 y 14, en el bajo Giuliani, cuando venía en su auto, armado, a protestar por una resolución administrativa que cuestionaba una licencia médica que había usado hace unos meses. Finalmente, luego de estar atrincherado en su auto durante casi una hora, se entregó. Fue derivado al área de Servicios Sociales de la Policía para ser asistido. Por el momento, no fue detenido.
Hay quienes dentro de la fuerza dijeron a Diario Textual que, al salir de Bernasconi, habría manifestado que iba a atentar contra sus superiores. Incluso contra el jefe de Policía, Roberto Ayala, y el subjefe, Héctor Lara, a quienes presuntamente responsabilizaba por la resolución. Pero hasta la medianoche, según contó el fiscal Oscar Cazenave, esa versión no pudo ser confirmada.
Fuentes policiales indicaron a este portal que el cabo Dante Ezcaris estaba prestando servicio en Bernasconi. «Se encontraba trabajando», dijo el subjefe Héctor Lara a Diario Textual.
«El cabo hace unos días había sido notificado de que una carpeta médica psicológica, que había presentado hace unos meses, no estaba relacionada con el servicio«, contó el funcionario policial. «Esa resolución no le implicaba traslado, ni sanción ni pasiva», aclaró. Pero lo molestó.
Hoy ingresó a trabajar a las 20 horas. «Se presentó exaltado y dijo que iba a reclamar por la medida ante la superioridad, en Santa Rosa«, dijo Lara. Presuntamente, allí habría mencionado los nombres de Ayala y Lara.
Enojado, con su uniforme y su arma 9 mm, subió a un Renault Kwid y enfiló para la capital. La Unidad Regional III, al enterarse de la advertencia o amenaza de Ezcaris, envió a las 21.45 horas un comunicado con carácter de urgente a todas las dependencias policiales: pidió la demora del suboficial.
El policía, fuera de sí, pasó a toda velocidad en su Renault por el Puesto Caminero Padre Buodo, en la ruta 35. También en Ataliva Roca.
Los móviles policiales lo siguieron de atrás y lograron interceptarlo en el bajo Giuliani, a unos 7 kilómetros al sur de la capital.
Allí, dentro de su auto, se atrincheró. Concurrieron numerosos policías y el fiscal Cazenave. «Logré hablar, me explicó qué le pasaba y se quebró… Me dijo que había explotado…», contó el fiscal a Diario Textual. «No me refirió amenazas hacia Ayala, aunque no sé aún qué pasó en Bernasconi», agregó. Finalmente fue trasladado por el área de Servicios Sociales. «La verdad es que vimos a un policía desesperado», agregó.
¿Será detenido? Por el momento, no es una opción que maneje el fiscal.