Diario Textual
  • INICIO
  • POLITICA
  • SOCIEDAD
  • ECONOMIA
  • MUNDO
  • TECNO
  • CULTURA
  • DEPORTES

Diario Textual

  • INICIO
  • POLITICA
  • SOCIEDAD
  • ECONOMIA
  • MUNDO
  • TECNO
  • CULTURA
  • DEPORTES
Vaque


Falleció Eduardo, un canillita entrañable que paró tres décadas en la esquina de la terminal

31 de marzo de 2020
Falleció Eduardo, un canillita entrañable que paró tres décadas en la esquina de la terminal

Se fue un personaje entrañable que durante tres décadas fue parte del paisaje de la esquina de Corrientes y avenida Luro, frente a la Terminal de Ómnibus de Santa Rosa: Eduardo Domingo Bertello, uno de los canillitas más conocidos de la capital, murió a los 69 años de edad luego de sufrir un paro cardíaco y permanecer dos semanas hospitalizado.

Eduardo era conocido, incluso, fuera de la capital: no había un automovilista de otros puntos de La Pampa que no se llevara un diario, una revista o -a raíz de las ocurrencias del canilla- una sonrisa.





Platense




Bajo el sol, bajo la lluvia y bajo una intensa helada, este canillita -quien sufría de una sordera- siempre estaba. Desde la madrugada, acompañado por su pareja Lidia Cejas. O acompañado por algunos de sus 16 hijos que, de niños y hasta adolescentes, lo acompañaron en la venta. Incluso con sus sobrinos y sobrinas que también fueron parte de la historia del puesto de ventas de diarios y revistas.

Eduardo y Lidia se conocieron en Salliqueló, hace casi unos 50 años, cuando trabajaban en un restorán. «El 20 de marzo cumplíamos 47 años de casados», cuenta ella. «De ahí nos fuimos a Bahía Blanca, luego a Embajador Martini y de ahí a Trenque Lauquen. Luego de la dictadura, viajamos a Pico, donde estuvimos unos dos años, y luego a Santa Rosa».

 





Ya en la capital, en 1988 comenzaron a vender diarios y revistas. «Acá vamos a vender muchos diarios», le dijo un día a Sergio, uno de sus hijos, cuando pasaron por la terminal en bici. Al puesto le pusieron «El Clarinazo»: vendían Clarín, La Nación y, por supuesto, los diarios provinciales.

Tuvieron 16 hijos y numerosos nietos. Todos sus hijos e hijas ayudaron en las ventas para parar la olla. Gustavo, Carina y Sergio, desde los 4, los 5 o los 6 años, vendieron diarios. Incluso los sábado a la noche, cuando ya eran adolescentes, muchas veces se privaron de ir a los boliches: tenían que salir a vender diarios en la madrugada del domingo. También ayudaron, luego, Francisco, Darío, Claudio, María Laura, Anabela, Analía y Yaquilina.

Los domingos llegaron a vender unos 450 diarios Clarín. Hasta el «gran diario argentino» les dedicó una nota por el volumen de ventas.

 

Hace unos diez años, por gestiones de la entonces concejala Claudia Giorgis y con la colaboración del Club de Leones, le construyeron un refugio. Ese día Eduardo lloró de la emoción, recuerda Giorgis.

En los últimos años, con el declive de las ventas de los diarios, Eduardo también se había comenzado a ubicar en la avenida Spinetto y Río Negro, frente a la agencia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Allí lo sorprendió, a las 10.30 horas del domingo 15, un paro cardíaco. Había ido con una de sus hijas, María Laura, como todos los domingos. Lidia había quedado en la terminal. «Hace unos diez años que tenía problemas cardíacos», dice su esposa.

Francisco Bertello, uno de sus hijos, cuenta qué pasó. “Ese domingo mi papá como todos los domingos fue a trabajar con la venta de diarios, acompañado de mi hermana menor María Laura”, dice. “Cayó desvanecido en el suelo. Mi hermana, asustada, llamó mi mamá”, cuenta.

Lidia salió corriendo. “En ese momento -dice Francisco- pasó un enfermero y escuchó la situación. Sin medir palabras algunas, fue hasta el lugar donde se encontraba mi papá sin saber bien la dirección. La siguió a mi mamá como pudo. Logró llegar al lugar y reanimó a mi padre durante varios minutos con suma responsabilidades y profesionalidad”, dice.

La ambulancia llegó poco después. Lo llevaron al Hospital Molas. “Quedó internado y nosotros nos preguntábamos quien era ese tan valiente hombre que ayudó a nuestro padre”, dice.

El enfermero finalmente se presentó ante el mismo Francisco. “Se presentó horas después al hospital para ver su situación, le agradecimos y se retiró diciéndonos que le mantengamos al tanto sobre nuestro padre”, cuenta. “Papá estuvo dos semanas internados en terapia, peleándola hasta los últimas instancias. Nos dejó un dolor terrible”. Este domingo 29 de marzo falleció.
El enfermero que lo asistió es Matías Martínez. “Si tuvimos esperanzas fue gracias a él. Seguro mi papá le hubiera gustado conocerlo”, asegura.

Sergio Bertello recuerda a su padre con una sonrisa. «No hay nadie en esta tierra que pueda hablar mal de él. Nunca tuvo un mal momento con alguien», dice. «Sacó una sonrisa a todos los que pasaban. Todos lo recuerdan con cariño».

 

 

 

 

  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram

Copyright 2009 | DiarioTextual.com | Todos los derechos reservados | Santa Rosa – La Pampa – Argentina Dirección: Sergio Romano Contacto: [email protected] Contacto publicitario: 02954 -15377691 (Vanesa Cavallotto)

DISEÑO Y DESARROLLO WEB - www.generarweb.com