Cristina Kirchner logró que el Senado apruebe esta tarde 20 decretos de necesidad y urgencia firmados por Alberto Fernández desde el inicio de la pandemia del coronavirus, a través del sistema remoto que obligó a los legisladores a votar por internet. Cambiemos sólo se opuso a dos: al cierre de fronteras y a la suspensión de despidos, aunque en este caso no lo hizo por unanimidad, una parte del bloque se abstuvo y otra lo respaldó.
Fue la primera vez en la historia que una Cámara del Congreso se expresa sin sus miembros en el recinto, aunque la vicepresidenta no estuvo sola como había propuesto en el protocolo original: en la primera fila del hemiciclo se ubicaron las autoridades del Senado: la presidenta provisional Claudia Ledesma y los vice Maurice Closs (Frente de Todos), Martín Lousteau (Cambiemos) y la cordobesa Laura Rodríguez Machado (PRO).
Cristina recién ingresó al recinto cuando Ledesma había identificado a los 71 senadores (José Alperovich sigue de licencia) e inauguró las votaciones para habilitar el nuevo formato de sesión. Sólo algunos no pudieron registrase a tiempo y tuvieron que fijar postura a viva voz, informó La Política Online.
Sus imágenes se repetían en pantallas gigantes apostadas en el centro del recinto y frente al estrado, en otras más pequeñas unos metros más arriba, sobre la baranda de la primera galería; y en dos plasmas que había en el piso, enfrentados a los tres senadores que ocupaban una banca.
Sólo 33 acudieron a organismos oficiales de sus provincias, pese a que era un requisito del protocolo. 21 prefirieron sus hogares y 17 se acercaron al Senado para votar desde sus despachos, entre ellos los oficialistas Anabel Fernández Sagasti, Jorge Taiana y Héctor Recalde; Gladys González y Esteban Bullrich, de Cambiemos. Debieron identificarse en la oficina que montó el Registro de las Personas en el salón de las provincias, desde dónde testeó la identidad de cada senador.
El sistema sólo tuvo un corte pronunicado después de tres horas de debate y por una falla en el sistema del palacio: se le cayó internet Bullrich y no pudo reemplazarlo en la palabra Recalde, ambos en sus despachos. Debió seguir la radical tucumana Silvia Elías de Pérez, con Cristina otra vez al mando de la sesión, siempre escoltada por la secretaria administrativa María Luz Alonso. Se permitió una broma: como la radical la llamaba «presidente», la despidió como «senador».
No asistió el secretario legislativo, Marcelo Fuentes, pero sí el prosecretario, el radical Juan Pedro Tunessi, que intentó saludar a Cristina con el codo cuando entró al recinto pero lo rechazó con señales de asco.
Los decretos presidenciales están vigentes desde su firma y sólo pueden ser eliminados por las dos Cámaras. Si al menos una los avala no corren riesgo y esa parece ser la misión de la mayoría peronista del Senado durante la pandemia.
Entre los 18 aprobados por unanimidad esta tarde hubo algunos que ya quedaron lejanos y como las declaraciones de emergencias sanitiarias, el aislamiento obligatorio y sus prórrogas, la prohibición de suspender cuentas bancarias o de cortar servicios públicos, de subir el precio de los alquileres de aplicar ejecuciones hipotecarias o desalojos.
También se ratificaron las garantías del Fogar para otorgar créditos para Pymes, los programas de asistencia para pequeños empleadores, la creación de un comité evaluador y la incorporación del coronavirus en la lista de enfermedades laborales.
Desde su despacho, Fernández Sagasti los defendió uno a uno e hizo hincapié en la necesidad de evitar cortes de internet, pese a que no es considerado un servicio público. «Quienes quieren excluirlo se quedaron en el pasado. En este momento hay que evitar la brecha digital de las futuras generaciones», reclamó y anticipó así un debate que se iniciará en Diputados para prohibir los aumentos de las telecomunicaciones.
La votación fue un poco caótica, porque Cristina usó la mayoría para pedir una votación general de los 20 DNUs, pese a que había dos que tenían rechazos. Tunessi tuvo que leer cada uno de los votos para dejar claras las disidencias.
Cambiemos rechazó el DNU 313, que amplió el cierre de fronteras e impidió el retorno de argentinos desde el exterior. «Se ha repatriado al 90% de los que estaban al inicio de la pandemia. La lista se alarga porque muchos que están residiendo afuera quieren volver», había intentado convencerlos Fernández Sagasti.
Pero el principal bloque opositor se dividió una tomar postura por el DNU 329, que prohibió por 60 días los despidos «sin causa justa». Lo respaldaron Lousteau, Galdys González y Guadalupe Tagliaferri, estos dos últimos del PRO; otro grupo se abstuvo (Esteban Bullrich, Julio Cobos y Juan Carlos Marino) y el resto lo rechazó.