El poeta, escritor y ensayista Edgar Morisoli falleció este martes después de que el fin de semana lo internaran por problemas de salud.
Morisoli había nacido en Acebal (Santa Fe) el 5 de noviembre de 1930, aunque era un pampeano por adopción. Fue miembro fundador de la Asociación de Escritores Pampeanos.
Publicó los poemarios Salmo Bagual (1957), Solar del viento (1965); Tierra que sé (1972); Cuatro cantatas, Al sur crece tu nombre (1974); Obra callada (1994); Cancionero del Alto Colorado (1998); Hasta aquí la canción (1999); Cuadernos del rumbeador (2001); La lección de la diuca (2003) y Última rosa, última trinchera (2005).
El Ministerio de Cultura y Educación de la provincia le otorgó el Premio testimonio en su edición de 1997. También recibió el Premio a los Creadores, del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Considerado uno de los mayores poetas que ha dado La Pampa a través del siglo XX e inicios del XXI, Morisoli fue uno de los pilares fundamentales en la construcción de cierta “pampeanidad”. Muchos de sus poemas han sido musicalizados y exceden los límites provinciales, lo que lo convierte en un poeta americano, universal.
El 22 de noviembre de 2018 la obra literaria de Morisoli fue declarada de interés provincial. La Secretaría de Cultura resaltó que es de suma relevancia, siendo deber del Estado compartirla en bibliotecas populares, centros de cultura, establecimientos educativos, a los fines de su divulgación, ya que constituye un gran aporte al conocimiento de la historia, modos y paisajes pampeanos.
La poesía, narrativa y producción general de Edgar Morisoli son consecuentes -en claridad y hechura-, con su propia vida militante y sencilla, muestra de ejemplo de cómo ser un buen vecino, un buen ciudadano y habitante de nuestra provincia.
El escritor pampeano Daniel Pellegrino reflexionó sobre Morisoli. «Fue un santafesino que no le llevó mucho tiempo tener una captura del paisaje de la provincia y un estilo del lenguaje para trasladarlo a su poesía. Construyó rasgos de la pampeanidad criolla y los conectó con una cultura rioplatense con sesgo latinoamericanista. Puso a la pampeanidad en esa perspectiva y la idea de la patria grande, emancipada».