El Hospital Atilio Calandri y la comunidad de Quemú Quemú y la zona perdieron en las últimas horas a su director Antonio Horacio Ñañes, quien falleció a los 52 años. Una trabajadora del centro de salud, María Inés Pérez, escribió una sentida carta de despedida, que se viralizó.
En Diario Textual, la compartimos. Es la siguiente:
“En 37 años de Servicio en el Hospital Atilio A. A. Calandri me ha tocado despedir a hijos de compañeros, padres, hermanos, jubilados del hospi, pero es la primera vez que despido a un compañero…
Es desgarrante. Hay una familia devastada y un equipo de trabajo que se quedó sin timón en medio de la tormenta más grande.
Ellos están cansados, agobiados y ahora tristes… Con esa tristeza infinita de no poder haber hecho ninguna maniobra que lo devolviera a la vida.
Descanse en paz querido Doc. Doc, como le decía siempre. Era de los imprescindibles, cómo los demás. Cada integrante le está poniendo el Alma, el corazón y, en este caso, la vida.
Sean empáticos, palabra muy usada pero poco demostrada. No juzguen tanto y acompáñenlos más. Necesitan más gestos de cariño.
Están diezmados, dolidos y siguen sin horarios y sin descanso. Aunque trabajen en Salud (o justamente por eso) no son robots, sienten como vos y como yo.
Enorme legado le dejo a sus hijos, doctor Antonio Horacio Ñañez.
Enorme legado le dejó al Atilio Calandri.
Fuerza doctora Silvia Romera (NdeR: esposa de Ñañes)”.
