Rocío Pereyra, una de las estafadas por la agencia de turismo Etosha, se mostró indignada. “Tengo mucha bronca desde hace cinco años y ahora más porque, de los 23 mil y pico de pesos que puse, ahora me enteré que me van a devolver 468 pesos”, dijo en Radio Textual (FM Sonar). “No es justo que me devuelvan solo 468 pesos”.
“Me enteré ayer por Diario Textual de la noticia (de cómo se resolvió la quiebra) y me enteré también de lo que voy a cobrar. Es una cifra irrisoria. Creo que me alcanza para un kilo de carne. Ja”, dijo.
Etosha era propiedad de Paula Mosley, quien venía cumpliendo con sus viajes y que, cada vez más, tenía más clientes. Pero en 2015 todo se derrumbó y cerró sus puertas. Ella dijo que fue estafada por los mayoristas de viajes, de Buenos Aires. Nunca se pudo comprobar.
Hubo al menos 91 damnificados -tanto de La Pampa como de provincias vecinas- por unos 6 millones de pesos o 700 mil dólares. Es decir, a valores actuales, unos 90 millones de pesos.
Ahora Diario Textual accedió al informe de cómo se va a dividir el dinero, en la causa civil de la quiebra. Cada uno de los 91 damnificados va a cobrar, de promedio, entre 500 a 2500 pesos (dependiendo de cuánto habían abonado en su momento por sus viajes). Todo eso es lo que se logró tomar de la única propiedad que tenía Mosley a su nombre: una vieja casa.
En el caso de Rocío, pagó unos 23.500 pesos y ahora recibirá 468 pesos. Es decir, de 2700 dólares solo recibirá 3,5 dólares.
Es una trabajadora de Bahía Blanca y pretendía viajar junto a su pareja, sus tías y primas a Disneylandia. “Eramos un grupo de nueve personas”.
La principal apuntada -y única condenada- es Paula Mosley, que estuvo un año presa. “Yo gracias a esta señora sufrí ataques de pánico. Ella nos causó mucho daño, al margen del dinero”, dijo Rocío. “No puedo entender que uno venga y te robe las ilusiones”.
Dijo que en el verano de 2015 decidieron hacer el viaje. “Yo venía de un momento muy triste, porque había perdido un embarazo. Entonces mi prima, que vive en Santa Rosa, me dijo de hacer el viaje. Lo organizamos, lo planeamos y empezamos a juntar el dinero, con mucha ilusión”, sostuvo. “Era como un regalo como tanto sufrimiento. Mis tías y mis primos se sumaron”, agregó.
Dijo que el viaje costaba “un poco menos” que en agencias de Bahía Blanca. “No me llamó la atención, porque no había tanta diferencia. Pero sí cuando tuve que depositar: lo hice desde un banco a nombre de la madre de Paula Mosley”, contó. “Depositamos 48 mil pesos con mi marido”, dijo.
Allí ya comenzaron los problemas: nunca les entregaron los voucher. “Siempre había un ‘pero’, para no entregarnos nada”, dijo.
En agosto, a solo diez días del viaje que querían hacer a Disneylandia, les llegó un email de Mosley. “Nos dijo que nos olvidáramos del viaje, que no podíamos hacerlo”, sostuvo.
Pero hay más. “Unos días antes de que se destapara la olla, mi prima fue a pagarle los 6 mil pesos de seguro del nene y la muy caradura tomó el dinero, pese a que tenía ya planificada toda la estafa”, sostuvo.
Rocío, ya cuando estalló el escándalo, viajó a Santa Rosa y se dirigió hasta la casa de Mosley. “Cuando la sacan a ella, esposada, pude verle la cara y gritarle en la cara que era una chorra”, sostuvo.
Mosley, por lo pronto, ya cumplió su condena penal. Incluso estuvo un año presa. En su momento, acordó con la fiscalía un juicio abreviado. Así, en su momento, el Tribunal de Audiencia la condenó a tres años de prisión efectiva como “autora material y penalmente responsable del delito de estafas reiteradas en noventa y una oportunidades, en concurso real (art. 172 y 55 del C.P.), a la pena de tres años de prisión de efectivo cumplimiento, con costas (arts. 40, 41 del C.P. y arts. 474 y 475 del C.P.P.)”.
