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Néstor, la convicción de la militancia política para transformar la Argentina

27 de octubre de 2020
Néstor, la convicción de la militancia política para transformar la Argentina

Por Leonardo Avendaño (*)





Rural Pico




“Formo parte de una generación diezmada. Castigada con dolorosas ausencias. Me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a los que no pienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. (Néstor Kirchner, 25 de mayo de 2003)

Se podría apelar a algunas de las tantas palabras para nombrarlo por medio de metáforas, como aquellas de Bertold Bretch sobre los hombres imprescindibles, que popularizara Silvio Rodríguez en su canción “Sueño con Serpientes”, o también, aquél concepto acuñado por Aristóteles en su Política, Zoon politikón, cuyo significado es “animal político” o “animal cívico”, es decir, donde el hombre no puede ser concebido fuera de su relación con el Estado en su condición de ciudadano.

Néstor Carlos Kirchner pertenece a esa estirpe de los animales políticos imprescindibles, un “realizador”, como planteaba Juan Domingo Perón, un “hacedor”, según Eduardo “Wado” de Pedro, pero sumando todas las partes y también su trayectoria ha sido un cuadro político, uno de los mejores de la generación diezmada, un conductor que resinificó una de las tantas tradiciones de la política nacional, la que se asienta en los próceres independentistas, los caudillos, los mártires del peronismo, los 30000 desaparecidos y, por sobre todo, se declaró un “hijo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” (“La defensa de los derechos humanos ocupa un lugar central en la nueva agenda de la República Argentina. Somos hijos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Y por ello insistimos en apoyar de manera permanente el fortalecimiento del sistema internacional de protección de los derechos humanos y el juzgamiento y condena de quienes los violen”, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, 2004).





En ese plano conceptual y de acción proyectó su militancia política, desde su incorporación a la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) en 1969, su presidencia iniciada un 25 de mayo de 2003, el redoblado acompañamiento del gobierno de Cristina Fernández, la “Presidenta Coraje”, como el mismo la llamó, y que no dudó en declarar su admiración y amor en la cancha de Ferro: “Sí, se me caen lágrimas, no sólo porque la amo, sino porque la admiro y porque está mostrando que la mujer argentina está decidida a construir una Patria diferente para terminar el acuerdo oscurantista de la política, que tanto daño nos ha hecho a todos”, hasta su fallecimiento el 27 de octubre de 2010.

Cuántos hitos se podrían enumerar de todo lo que logró realizar, muchos y realmente significativos no sólo para su trayectoria política, sino para el común de la gente, de la que nunca se sintió distinto o separado, al contrario, Néstor se asumía como un hombre con responsabilidades por un tiempo determinado. En ese sentido, quizás haya que destacar la lectura que hace el actual presidente de la Nación, Alberto Fernández, que participó desde el comienzo en la gesta del Grupo Calafate y la construcción de la máquina política que los depositó en 2003 en el gobierno nacional. Alberto señala que hubo tres momentos decisivos, el primero fue terminar con la mayoría automática de la Corte Suprema, el segundo, los derechos humanos (“Ya probamos con el perdón y con el olvido… ¿por qué no probamos con la justicia?”), y el tercero fue la reestructuración de la deuda.

Néstor sabía muy bien que era necesario tener objetivos claros y con definiciones precisas para realizar las transformaciones estructurales del país, o sea, peronismo explícito, ejercer el poder, o como mejor lo planteaba el propio Perón, a la unidad de concepción la unidad de acción, es decir, “la unidad de la doctrina de la unidad teórica y de la unidad de acción en la ejecución”. Es así, que desde aquel 22% se irá agigantando hasta la eternidad en cada medida, en cada declaración o en cada debate en el que participa, y no sólo en Argentina, también en el Latinoamérica y el mundo.

Había pensado la estrategia política en una proyección de 20 años de gobierno nacional y popular para concretar cada uno de los cambios que necesitaba la nación, y en consecuencia fue sumando voluntades y organizaciones al proyecto político de liberación nacional, de la oligarquía, y se granjeó el odio de los verdaderos dueños del país, desde los apellidos con olor a bosta hasta el Clarín de Magnetto, La Nación de los Mitre, e Infobae de Hadad. Aún así arremetió como un Quijote contra los viejos molinos que anclaban a la Argentina a un pasado que ya el peronismo había deconstruido a partir de 1945, incluso antes con Perón en la Secretaría de Trabajo. Kirchner, como resalta Nilda Garré, ex , sumó capital político desde la teoría y desde la realización efectiva del programa político, por lo tanto “desde la renegociación de la deuda hasta la defensa de la industria nacional y la creación de empleos, desde la construcción de infraestructura estratégica hasta la de naturaleza social, desde la inversión en educación hasta el apoyo a la ciencia  y técnica, desde la recuperación del rol del Estado hasta la de la autoestima de los argentinos, en todos estos temas y muchos otros rompió con las tortuosas políticas que le habían precedido”.

No obstante, ante la situación de pulverización social, la seguidilla de 5 presidentes en una semana, además de la falta de representatividad dirigencial que vivía el país al asumir el cargo, no vaciló Néstor en recuperar el rol del Estado, y en su alocución del 25 de mayo de 2003 lo anunciaba como eje de su gobierno: “Es el Estado el que debe actuar como el gran reparador de las desigualdades sociales en un trabajo permanente de inclusión y creando oportunidades a partir del fortalecimiento de la posibilidad de acceso a la educación, la salud, y la vivienda. Es el Estado el que debe viabilizar los derechos constitucionales, protegiendo a los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, los trabajadores, los jubilados, los pensionados, los usuarios y los consumidores”.

A través de la gestión fue solucionando una parte importante y urgente de los problemas de los argentinos y las argentinas, desde ese ordenen se hizo fuerte y pudo pensar en los pasos a seguir para consolidar no sólo su gobierno sino la continuidad, el trasvasamiento ideológico (“Hoy ustedes, hermanos de la juventud, militen donde militen, tienen la posibilidad de hacer el cambio en paz y en democracia que nosotros como generación no tuvimos. Por eso, participen; por eso, opinen; por eso, sean transgresores; por eso, ganen las calles; por eso, recorran las universidades, recorran los talleres, los trabajos. Esta juventud tiene que ser el punto de inflexión de la construcción del nuevo tiempo”, discurso en la Plaza de los dos Congresos, 2008).

Siempre se preocupó por la economía como base sustancial del gobierno, pero fundamentalmente para entenderla y aplicarla hacia los objetivos del programa político que representaba por el voto popular. Néstor aconsejaba a los dirigentes a estudiar economía. Un poco nos recuerda a las ideas de Scalabrini Ortiz: “Estos asuntos de economía y finanzas son tan simples que están al alcance de cualquier niño. Sólo requieren saber sumar y restar. Cuando usted no entiende una cosa, pregunte hasta que la entienda. Si no la entiende es que están tratando de robarlo. Cuando usted entienda eso, ya habrá aprendido a defender la patria en el orden inmaterial de los conceptos económicos y financieros”.

Así como está la teoría dura, la teoría aplicada, también las anécdotas son ilustrativas y, muchas veces, más profundas si provienen de la cultura popular. Se ha dicho que Kirchner anotaba los números de la economía en una libreta de despensero y de esa forma controlaba y orientaba la política financiera y productiva del país. Hasta a un economista como Rafael Correa, luego presidente de Ecuador, le llamó la atención la recuperación del país y vino a estudiarlo. Cuan importante fue para Néstor la faceta económica que en el discurso inaugural de su presidencia infería: “Los problemas de la pobreza no se solucionan desde las políticas sociales sino desde las políticas económicas”. Tan clara era su concepción que entronca con Perón, cuando la doctrina en el orden económico, “la economía no está al servicio del capital, sino que el capital está al servicio de la economía”; y la apuesta a aumentar el consumo de mercado interno estaba implícito en el libro Conducción política. “Cuando aumentamos el standard de vida y forzamos el consumo, subordinamos el capital a la economía y la producción al consumo. No preguntamos a los industriales si van a producir más cuando aumentemos cinco veces el salario y aumenta cinco veces el consumo. No les preguntamos si se sale del punto óptimo. No nos importa. Ahora están produciendo más. Los llevaremos a hacerlo por la forma empírica de la realización”. Esa forma empírica de la relación economía, producción y consumo estaba desarrollada en la libreta de despensero de Néstor, abonadas por las propias teorías económicas keynsianas.

No podemos eludir justamente la Constitución del ‘49 que en el Capítulo IV aborda “La función social de la propiedad, el capital y la actividad económica”; y resalta en algunos de sus artículos que “La propiedad privada tiene una función social”, además “El capital debe estar al servicio de la economía nacional y tener como principal objeto el bienestar social”, y también que “La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social”. El Estado es el instrumento para intervenir en la economía y, de esa manera, custodiar los intereses y los derechos del pueblo trabajador. Néstor lo sabía muy bien y por eso el Estado es tanto ordenador como articulador de todas las políticas de su programa económico de gobierno.

También podríamos hablar de algunas acciones fundamentales en el campo de la política exterior. En eso tampoco Kirchner dudó cual era la toma de posición respecto a las relaciones carnales y priorizó la relación con los gobiernos latinoamericanos y la consolidación de un bloque regional.

El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, lo recuerda en el libro de Jorge Devoto (Néstor. El hombre que cambió todo), cuando resalta “Aquella cumbre de la Unasur se centró en ayudar a Haití, víctima de un devastador terremoto el 12 de enero de ese año. Eran tiempos de integración, solidaridad y latinoamericanismo, la época de oro de Sudamérica, con Lula en Brasil, Chávez en Venezuela, Evo en Bolivia, la Revolución Ciudadana en Ecuador, Lugo en Paraguay, Pepe Mujica en Uruguay, Cristina en Argentina y Néstor en la Unasur”.

Un tiempo histórico donde la Patria Grande fue posible, la integración regional y la defensa conjunta de los recursos naturales como también las mismas democracias. Además de contar con la Unasur también se avanzó con la Celac y el Parlasur, quizás faltó tiempo para concretar un Banco Latinoamericano de Desarrollo como así fuerzas armadas latinoamericanas.

Bajo la óptica de Néstor se planteó una política exterior que fue incrementando sus márgenes de autonomía, por medio de la profundización de sus vínculos políticos y comerciales con países de la región –Brasil, Bolivia y Venezuela– y la diversificación de sus relaciones políticas y comerciales con un grupo de Estados extra-regionales –Rusia, India y China–.

Será inolvidable para la historia y también para los pueblos la táctica que implementaron los presidentes latinoamericanos para voltear el ALCA en las narices del Imperio, de George W. Bush, en la IV Cumbre de las Américas desarrolladas, con una gran movilización popular, en Mar del Plata en 2005. Esa visión de la región así como el reclamo de las islas Malvinas son parte del ideario de los Kirchner, por eso es tan contundente y alineada con la tradición de los próceres de la Patria Grande la respuesta de Néstor en la entrevista del cineasta Oliver Stone: “El que es extremadamente educado, modosito, se porta muy bien, y se inclina siempre frente al poder determinado y no defiende los intereses que tiene que defender, termina de rodillas y arrodilla al país”, que no necesita comentarios.

Pero esos presidentes y presidentas que se parecían a sus pueblos, con sus políticas destinadas a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, con sus gestos y acciones irreverentes contra el Imperio norteamericano no sería gratuito. Pero esa historia la conocemos, los golpes blandos que se llevaron puesto a Zelaya en Honduras, a Lugo en Paraguay y a Dilma en Brasil, el golpe de Estado contra Evo en Bolivia; y la maquinaria vendepatria que conforman la oposición, los medios de comunicación hegemónicos y parte del Poder Judicial. No obstante, no hay que olvidar aquello que refería Néstor en una acto en Tres de Febrero en 2009: “Clarín, hablá con la verdad. Decile la verdad a los argentinos. ¿Qué te pasa Clarín…. por qué estás tan nervioso? Hacé democracia, sé abierto, usa los medios para informar y no para desinformar”.

Hoy se cumplen 10años del fallecimiento de un cuadro político que trascendió las fronteras de su provincia de Santa Cruz y de la Argentina, que encarnó el sueño latinoamericano, el de la patria liberada, y donde la independencia económica, la soberanía política y la justicia social fueron el ADN de su militancia, de su compromiso por los mas vulnerables del país, los humildes, los trabajadores y las trabajadoras. Perón hablaba de los realizadores, de los conductores de la política; y no cabe duda que uno de los hombres más sencillos pero más formados, con una conciencia nacional y latinoamerica fue y será Néstor Carlos Kirchner. Su ejemplo sigue marcando la agenda política, por eso vale rememorar lo que nos proponía cuando asumió la Presidencia de la Nación Argentina el 25 de mayo de 2003: “Vengo a proponerles un sueño: reconstruir nuestra propia identidad como pueblo y como Nación; vengo a proponerles un sueño que es la construcción de la verdad y la Justicia; vengo a proponerles un sueño que es volver a tener una Argentina con todos y para todos. Estoy convencido de que en esta simbiosis histórica vamos a encontrar el país que nos merecemos los argentinos”.

(*) Diputado Provincial Fre.Ju.Pa.






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