El intendente Luciano di Nápoli concurrió al relleno sanitario y se reunió con las personas que juntan cartones para reciclar.
“Nuestro compromiso es trabajar todos los días para que los sectores más vulnerables puedan tener un trabajo digno”, dijo el jefe comunal, luego de reunirse en el relleno sanitario con quienes, desde hace años, llevan adelante, en condiciones indignas, tareas en el lugar en pos de su sustento.
Actualmente hay entre 50 y 60 familias que van al relleno. La mayoría trabaja en la montaña de basura. Otro pequeño grupo en el galpón, donde hace casi una década se iba a poner una planta recicladora con una cinta transportadora que, finalmente, fue incendiada intencionalmente.
El jefe comunal concurrió junto a Carmina Besga, secretaria de Desarrollo Económico del municipio; Federico Ignaszewski, director de Economía Popular; y José Hurtado, gerente del Ente Municipal de Higiene y Salubridad Urbana (EMSHU). Allí se comprometió ante trabajadoras y trabajadores a facilitarle las condiciones para que trabajo de reciclado y tratamiento de los residuos en el lugar, se lleve adelante en condiciones dignas.
Es así que se inició un proceso de cooperativización de los trabajadores que, fruto del esfuerzo en conjunto con el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) podrán contar con un salario complementario.
Además se ha iniciado un proceso de adquisición de ropa de trabajo. También, en forma conjunta con el gobierno provincial, se está gestionando ante las autoridades nacionales el mejoramiento edilicio del galpón y equipamiento necesario para llevar adelante esos trabajos.
En 2011, durante la intendencia del radical Francisco Torroba, se conformó una cooperativa de recicladores de residuos: la Coopeplus.
El objetivo fue integrar a sus miembros en la planta de reciclado que el municipio construyó y, de esta manera, mejorar las condiciones de trabajo prevalecientes hasta entonces en el relleno sanitario.
Cuando todo estaba listo para la inauguración, un grupo de desconocidos incendió parte de la cinta transportadora de la planta de reciclado. Fue el fin de la cooperativa.
Esa cinta hoy cuesta unos 40 millones de pesos, según dijeron desde la intendencia a Diario Textual.
