El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció hoy por primera vez la victoria de su adversario demócrata en las elecciones presidenciales, Joe Biden, aunque en comicios “amañados”, pero a la hora se desdijo y tuiteó: “¡No concedo NADA!”.
En torno a las 10 de la mañana (hora de Argentina), el presidente y candidato republicano a la reelección escribió en su cuenta de Twitter: “El ganó porque la elección fue amañada. NO SE PERMITEN OBSERVADORES U OBSERVADORES DE VOTO, voto tabulado por una empresa privada de izquierda radical, Dominion, con una mala reputación y un equipo de mala calidad que ni siquiera podía calificar para Texas (¡que gané por mucho!). Los medios falsos y silenciosos”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
Dominion, “propiedad de la izquierda radical”, suministró “engañosos” equipos de recuento de votos con la complicidad de “los falsos y mudos medios de comunicación”, expresó.
“Todos los ‘errores’ mecánicos ocurridos en la Noche Electoral eran, en realidad, demócratas a los que pillaron mientras intentaban robar votos. Pero aquellos a quienes no cogieron tuvieron mucho éxito. Las elecciones por correo son un chiste enfermo”, añadió el mandatario.
Pero a las 11:16, tal vez advertido por algún colaborador sobre que estos tuits estaban siendo replicados por el mundo como una primera admisión de la derrota, se apresuró a tuitear “ELECCIÓN EQUIPADA. ¡GANAREMOS!”.
Y tres minutos más tarde amplió al afirmar: “Biden solo ganó a los ojos de los FAKE NEWS MEDIA. ¡No concedo NADA! Tenemos un largo camino por recorrer. ¡Fue una ELECCIÓN EQUIPADA!”.
Hasta el momento ningún tribunal ni autoridad electoral, entre ellos propios republicanos responsables de la supervisión del recuento, ha validado estas acusaciones.
En tanto, los datos proyectados de la suma de los estados otorgan al demócrata Biden 306 electores, frente a 232 de Trump.
En el Colegio Electoral se requieren un mínimo de 270 electores, de modo que Biden supera esa cifra con holgura.
El próximo viernes, 20 de noviembre, es el plazo para que los estados entreguen los datos finales de sus escrutinios.