El laboratorio estadounidense Moderna informó este lunes que su fórmula de vacuna contra el Covid-19 ha mostrado una eficacia de 94,5% en los resultados preliminares de la fase 3 de estudios, un nuevo rayo de esperanza en la lucha contra la pandemia.
El reporte fue publicado tras detectarse 95 infecciones entre los voluntarios participantes de los ensayos, de los cuales la gran mayoría pertenece al grupo que recibió un placebo: solo cinco de los contagiados había recibido la fórmula real.
La semana pasada, se informó que dos vacunas tenía una efectividad de más del 90 por ciento. Primero la farmacéutica estadounidense Pfizer y la empresa alemana de biotecnología Biontech aseguraron que su vacuna contra el coronavirus tendría una eficacia de más del 90%. Luego, al cabo de unas horas, cuando el planeta entero comentaba con alto optimismo la noticia de Pfizer, un oficial del Ministerio de Salud de Rusia aseguró en un comunicado que la vacuna Sputnik V, desarrollada en el instituto ruso Gamaleya, también tenía una eficacia superior al 90%.
Ahora Moderna detalló que una vez descongeladas, sus dosis pueden durar más tiempo en un refrigerador de lo que se pensaba inicialmente, hasta 30 días, lo que facilitaría notablemente la logística de distribución.
La vacuna de Moderna, creada con los Institutos Nacionales de Salud, está siendo estudiada en 30.000 voluntarios. Entre los 11 casos graves de las 95 infecciones, todos pertenecían al grupo de placebo. Además, no se detectaron problemas de seguridad significativos.
Los principales efectos secundarios fueron fatiga, dolores musculares y dolor en el lugar de la inyección después de la segunda dosis de la vacuna, a un ritmo que Hoge caracterizó como más común que con las vacunas contra la gripe, pero a la par de otros como la vacuna contra el herpes.
La vacuna de la compañía de Cambridge, Massachusetts, está entre los 11 candidatos en las últimas etapas de pruebas alrededor del mundo, cuatro de ellos en enormes estudios en los EEUU. Tanto la vacuna de Moderna como la de Pfizer-BioNTech son las llamadas vacunas de ARNm, una nueva tecnología. No están hechas con el coronavirus en sí, lo que significa que no hay posibilidad de que alguien pueda contagiarse con las inyecciones. En su lugar, la vacuna contiene un trozo de código genético que entrena al sistema inmunológico para reconocer la proteína punzante en la superficie del virus.