La Asociación Protectora de Animales (Apani) cuestionó, al hacer un balance del año,la “falta de apoyo” de la intendencia de Luciano di Nápoli: dijo que, en medio de la pandemia de covid, paralizó por varios meses las campañas de castración y, además, criticó porque no recibieron fondos municipales para sostener el funcionamiento de la ONG.
El siguiente es el documento de Apani:
Estamos terminando el año, en un contexto de pandemia y de una profunda crisis que azota al mundo, al país y a nuestra provincia, en medio de una situación agravada en cuanto a la problemática generada por la superpoblación animal, por la falta de políticas públicas municipales, quizás por desinterés o porque no se termina de entender que cuando planteamos preocupación por ésta realidad, hablamos de la salud pública y el medio ambiente de tod@s l@s que habitamos ésta ciudad capital.
Mientras el Estado paralizó todas las actividades, en un momento con medidas acertadas cuando se volvió a la Fase 1 por la pandemia de Covid-19; en APANI con un estricto protocolo, debimos seguir aportando nuestro granito de arena, por cierto insuficiente ante tamaña dimensión de la problemática que nos atañe por años, producto de la desidia, desinterés y falta de políticas públicas en la materia.
Llegamos a 2021 con acciones que ameritan destacar, a partir del enorme esfuerzo y trabajo diario de un puñado de voluntari@s que día a día, con altísimas temperaturas, fríos y lluvias, en medio de vacaciones o las fiestas sin parar, destinan horas para atender los cerca de 250 canes que hoy alberga nuestro refugio. Esta tarea la llevamos adelante en medio de una gran parte de la sociedad que no sólo se mantiene indiferente a nuestro accionar, sino que cree que APANI es un depósito de perros o tiene la obligación de atender toda la problemática canina de la ciudad.
Este año 2020 APANI ha castrado mas de medio millar de perras, en general de familias indigentes, sin recursos, perras en celo que están en la vía pública, en jornadas especiales de 20 perras por lunes y con el programa “Cuido a mi perro” que lleva adelante el diputado provincial justicialista Espartaco Marín, y todo éste operativo al que apostamos fuertemente, porque es la única herramienta para frenar el contínuo crecimiento poblacional canino, se pudo concretar por el aporte de socios, de legislador@s, de la misma gente que lleva su perra y del enorme corazón de nuestra veterinaria Paula Mangas. Del municipio, APANI no recibió aporte alguno en éste año para lograr ese cometido, y ciertamente recursos hay.
Además seguimos apostando a la recuperación de los canes que ingresan a nuestro refugio con el firme propósito de que encuentren un hogar responsable y definitivo. En éste marco APANI ha dado en adopción a más de 60 perr@s, adult@s y cachorr@s y en ese aspecto, destacamos a quienes prefirieron adoptar con el corazón y no comprar.
Como si fuera poco, a la pandemia se le sumó un tornado que en nuestro refugio sólo provocó caída de ramas y una vez mas, comprobamos la sólida estructura con la que contamos, con caniles extensos, con sombra, agua fresca y el alimento diario que podemos comprar gracias al aporte mensual del Ministerio de Gobierno y Justicia del Gobierno de La Pampa.
Año a año hemos logrado erradicar el moquillo en nuestro refugio, con la vacunación total de nuestros canes, con un enorme esfuerzo económico que surge del aporte mensual de nuestr@s soci@s , a quienes agradecemos infinitamente su confianza y su ayuda la cual nos permite garantizar el funcionamiento diario de la institución y el pago del personal.
Terminamos el 2020 con una Ley que prohíbe la pirotecnia en La Pampa, la cual celebramos y esperamos que paulatinamente se instrumenten los mecanismos necesarios para hacerla cumplir, ante la desidia y el desprecio de quienes hoy, lejos de empatizar con el daño que generan en niñ@s con distintas problemáticas, ancian@s y enferm@s, y también lo que impacta en los animales, siguen dilapidando dinero en esa diversión nefasta.
Seguimos sin la aplicación de la normativa vigente atinente a la problemática que generan perros que deambulan por la vía pública, que están sueltos en los barrios y hacen estragos con otros canes, en su mayoría pit bull, ante el descontrol y la falta de sanciones a quienes deberían ser responsables por las consecuencias que generan. Estamos lejos de controlar ésta situación como también la de aplicar multas a quienes circulan a diario con sus perros por toda la ciudad sin collar, correa o bozal. Es decir, se sancionan leyes para que nadie las cumpla.
Terminamos un 2020 y en lo que atañe a nuestra labor institucional, estamos sumamente satisfech@s, agradecidas a soci@s y voluntari@s, al personal y a nuestra veterinaria; y con la esperanza que el próximo año tengamos la posibilidad concreta de sentarnos a discutir políticas públicas en la materia.
Para lograr ese cometido, sólo se necesita decisión política a partir de la cual, aparecen los recursos. Ojalá, así sea.
