El rapero español Pablo Hasel fue detenido por la policía, tras atrincherarse en la Universidad de Lérida para evitar cumplir una controvertida condena a prisión por sus tuits y canciones contra la monarquía y las fuerzas de seguridad.
“¡No nos van a parar nunca, no nos van a doblegar!”, gritó el artista, mientras la policía lo escoltaba fuera de la casa de estudios ubicada en Cataluña, donde se había encerrado el lunes con una decenas de activistas.
“Muerte al Estado fascista”, vociferó, antes de que los Mossos d’Esquadra (policía regional) le hicieran entrar al vehículo policial, entre abucheos de seguidores que protestaban en esta ciudad, situada 150 kilómetros al oeste de Barcelona, informó la agencia de noticias AFP.
La detención ocurre cuatro días después de que terminara el plazo que le dio la Audiencia Nacional, un alto tribunal con sede en Madrid, para entrar voluntariamente en la cárcel a cumplir la condena de nueve meses por “enaltecimiento del terrorismo” e “injurias a la corona”.
En varios tuits, el rapero arremetió contra la monarquía y llamaba, por ejemplo, “mercenarios de mierda” a las fuerzas policiales y las acusaba de torturar y asesinar a manifestantes e inmigrantes. También llamó “mafioso” al rey emérito Juan Carlos I, en un momento en el que la monarquía española volvió a estar en el ojo del huracán por sospechas de corrupción.
El caso genera un amplio debate en España sobre los límites a la libertad de expresión. Hasel recibió apoyos desde ámbitos como el intelectual, cultural, artístico y periodístico, con manifiestos firmados entre otros por el reconocido cineasta Pedro Almodóvar o el cantante Joan Manuel Serrat, mientras que organizaciones como Amnistía Internacional (AI) consideraron injusto y desproporcionado el encarcelamiento. Varios grupos de activistas están organizando varios concentraciones para protestar contra el arresto.
Ante el escándalo, el Gobierno del socialista Pedro Sánchez prometió la semana pasada que plantearía “una revisión de los delitos relacionados con excesos en el ejercicio de la libertad de expresión”, con el objetivo de que se impongan penas “disuasorias” y no de cárcel.
Hasel, de 33 años, es uno de los 15 artistas españoles que en los últimos años fueron víctimas de censura en España, donde el anterior Gobierno conservador de Mariano Rajoy endureció las leyes y avaló una aplicación dura del Código Penal para intimidar a la disidencia política en un contexto de creciente malestar social.
Otro caso reconocido es el del rapero español Valtonyc, quien en 2018 se marchó a Bélgica horas antes de entrar en prisión para cumplir una condena por injurias al rey, enaltecimiento del terrorismo y amenazas en sus canciones.Bélgica rechazó la extradición solicitada por España hasta el momento, alegando que sus acciones no constituyen delito bajo la ley belga.