Por Miguel A. Demateis
Concientizar sobre la importancia del agua no es una tarea menor, ni sencilla. Más aún, cuando gigantescos y poderosos intereses económicos están por encima de aquellos valores colectivos y esenciales para la vida de las distintas especies.
22 de Marzo, fecha simbólica y sensibilizadora que nos propone desafíos a fin de proteger y cuidar el agua para las actuales y futuras generaciones.
La ONU, cada año, decide lemas o consignas para “celebrar” el día mundial del agua, esta vez la temática inspiradora: “el valor que le damos al agua en todas sus dimensiones desde lo ambiental, socio–económico y lo cultural”.
La pandemia nos está dejando un escenario global de enorme incertidumbre, desigualdades y asimetrías dolorosas.
La brecha entre países desarrollados y periféricos se sigue ensanchando aún más.
El agua, bien natural y necesario para el desarrollo de la vida, donde el modelo económico (capitalista/extractivista y financiero) nos muestra de manera cruel los intereses por tratar de extraer, usar y aprovecharla hasta la última gota sin ofrecer nada a cambio. En definitiva, de eso se trata el modelo.
¿Hasta cuándo?
Cumbres, pactos, protocolos y reuniones globales proponiéndonos metas y objetivos que los países más desarrollados instalan fuertemente.
Luego, deciden el temario de las agendas comunes para lograr detener o al menos mitigar (como les gusta decir) los daños que en su gran mayoría son generados por los efectos del consumo que ellos mismos impulsaron desde la Revolución Industrial hasta nuestros días.
El agua está distribuida en forma desigual en nuestro territorio. Una de las causas principales es la preponderancia de un clima árido y semiárido en gran parte de nuestro suelo. Sectores con abundancias, como la región Noreste del país y la Llanura Pampeana y otros con mayores inconvenientes para disponer del mismo, debido a las pobres y casi nulas precipitaciones y la inaccesibilidad a las fuentes de abastecimiento.
Los ríos cordilleranos nos aportan sus aguas para sostener la vida y la producción en una importante porción de nuestro territorio.
El agua subterránea fuente de abastecimiento primordial en muchos casos, muestra algunos signos de agotamiento y sobreexplotación.
En La Pampa, el agua (escasa), es una causa de todos. En nuestra provincia, casi imitando la caracterización que se da a nivel país, podemos notar que las aguas subterráneas y las lluvias han colaborado con el desarrollo económico y social en el noreste y centro provincial.
El oeste y el sur provincial con escasos y significativos registros pluviométricos se abastecen con aguas subterráneas y superficiales a través de acueductos y demás servicios.
Pero también vemos con cierta alegría y esperanza el desarrollo de nuestra ribera pampeana del rio Colorado, como se afianzan y crecen los desarrollos productivos iniciados hace varias décadas, aprovechando las nuevas tecnologías de riego sustentables y adaptadas a la zona con investigación aplicada local.
El agua es un recurso ambiental con límites, muchas veces por la dificultad para acceder a las fuentes de abastecimiento (subterráneas-superficiales) y disponer de ella fácilmente.
La contaminación del recurso es otro factor decisivo a la hora de poder gozar de sus beneficios y servicios.
A través del tiempo, la sociedad pampeana se ha ido involucrando en distintas movilizaciones políticas, sociales culturales y deportivas.
Las luchas por nuestros ríos interprovinciales, está simbolizada y materializada principalmente por nuestros artistas que se han podido expresar a través de la poesía, música, muralismo, danza, teatro y las diferentes manifestaciones culturales.
El agua, se fue transformando en una causa para todos los pampeanos, porque además, es mucho más que nuestros ríos.
La gestión integral del agua requiere de políticas públicas donde cada uno de los actores y sectores pueda aportar y otorgar lo mejor de sí.
Planificar, decidir, accionar y controlar es parte del trabajo de los decisores y gestores en los distintos niveles públicos y privados.
Los pampeanos tenemos los medios y los instrumentos. El código hídrico es la herramienta central y decisiva de la gestión integral e interdisciplinaria, dicho cuerpo normativo fue concebido e ideado por especialistas y expertos años atrás.
La Comisión de Ríos Interprovinciales de la Cámara de Diputados tuvo un rol protagónico y estratégico, fue aprobado y reglamentado en partes por el poder Ejecutivo provincial, ahora llegó el momento de otorgarle y dotarlo de los recursos necesarios para la aplicación eficaz y eficiente de todo lo normado.
La infraestructura del estado y las normas legales serán la clave para monitorear y controlar el buen uso y manejo del agua. Con la ayuda de la sociedad pampeana, involucrándonos y no escapando de nuestras responsabilidades, otorgándole valor al agua, comprometiéndonos con nuestro hábitat, participando activamente con acciones simples pero poderosas!!!
Participemos, actuemos y cuidemos.
Porque como dice el investigador Ricardo Luis Mascheroni…… “La problemática ambiental no puede ni debe ser abordada desde una mirada técnica porque la crisis ambiental tiene que ver con una crisis civilizatoria, que es política, económica, cultural, épica y filosófica”….
Foto de Juan Pablo Morisoli