El Gobierno israelí y el movimiento palestino Hamas cumplen durante las primeras horas el alto al fuego propuesto por Egipto que entró en vigencia ayer a la noche, después de 11 días de bombardeos y ataques constantes que dejaron 242 muertos en la Franja de Gaza y 12 en Israel, de acuerdo a los últimos balances.
Desde que empezó la tregua a las dos de la madrugada local (20 de ayer de Argentina) “no se detectó ningún disparo y los aviones [del ejército] volvieron a sus bases”, informó el ejército israelí.
Los pasos a la Franja de Gaza fueron reabiertos para el ingreso de combustible y de ayuda humanitaria internacional, incluyendo alimentos y medicinas, mientras que fuentes del Canal 13 de la televisión israelí adelantaron que el Ejército permitirá a partir de la próxima semana la actividad en la zona de pesca, vital para la frágil economía de la zona.
Miles de palestinos festejaron el fin de los bombardeos en las calles de Gaza e iguales manifestaciones de júbilo se observaron en varias ciudades de Cisjordania y Jerusalén este, consignó la agencia de noticias AFP.
“Es la euforia de la victoria”, dijo Jalil al Haya, vicepresidente de Hamas en la Franja de Gaza, durante un discurso ante manifestantes a los que prometió “reconstruir” las casas destruidas.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó hoy de “éxito excepcional” la ofensiva en Gaza. “Hemos alcanzado los objetivos, es un éxito excepcional”, afirmó Netanyahu a los periodistas en el cuartel general del ejército en Tel Aviv.
“Hamás no puede ya esconderse”, apuntó el premier y añadió: “Hemos abatido a más de 200 terroristas, entre ellos 25 oficiales”.
Este acuerdo fue posible gracias a la mediación de Egipto, una potencia regional que mantiene relaciones tanto con Israel como con Hamas.
“El gabinete (de seguridad) aceptó por unanimidad la recomendación de los funcionarios de seguridad (…) de aceptar la iniciativa egipcia de cese del fuego bilateral sin condiciones”, informó ayer la oficina de Netanyahu, al oficializar los rumores de tregua que crecieron en los últimos días junto con la presión internacional.
Poco después, tanto Hamas, la fuerza política que controla el interior de la franja, como la Yihad Islámica, otro partido con brazo armado en ese territorio, confirmaron la decisión.
Aunque el comunicado del Gobierno israelí destacó que la tregua no conlleva condiciones, Osama Hamdan, un miembro del bureau político de Hamas, le dijo al canal de noticias Al Mayadeen -vinculado al movimiento islamista libanes Hezbollah- que habían recibido “garantías de que la agresión israelí contra la mezquita de Al Aqsa y (el barrio de Jerusalén este) Sheikh Jarrah se detendrá”, según reprodujo el diario Haaretz.
Este punto es relevante para los palestinos ya que fue en esos dos lugares en Jerusalén que comenzó toda la escalada a principio de mes.
Hezbollah calificó hoy de una “victoria histórica” para los palestinos la entrada en vigor del alto el fuego y subrayó la “valiente resistencia”, de acuerdo un comunicado reproducido hoy por la agencia de noticias Sputnik.
Las autoridades sanitarias de Gaza elevaron a 242 muertos y 1.910 heridos el balance de once días de bombardeos, mientras que las israelíes cifraron en 12 la cantidad de fallecidos y 333 los heridos por los cohetes que alcanzaron el territorio.
Al menos cinco cadáveres y una decena de sobrevivientes fueron encontrados hoy en los túneles subterráneos de la Franja de Gaza bombardeados por el ejército israelí, dijeron funcionarios locales y socorristas.
La escalada militar, la peor desde 2014, se mantuvo hasta los últimos minutos antes del inicio del alto el fuego.
Una hora antes de su inicio los habitantes de la Franja de Gaza aseguraban que seguía habiendo bombardeos y las sirenas de alarma continuaban advirtiendo a la población del sur de Israel del lanzamiento de cohetes.
La tensión comenzó a escalar cuando familias palestinas del barrio Sheikh Jarrah resistieron a las órdenes de desalojo entregadas por las autoridades y terminó de explotar cuando la policía israelí reprimió y enfrentó a miles de fieles musulmanes que rezaban en la explanada de las mezquitas -uno de los lugares santos del islam, donde está Al Aqsa-durante el mes de Ramadán.
Esto desató no solo una ola de protestas dentro de Israel de la minoría palestina, sino también inició una serie de lanzamientos diarios de cohetes desde la Franja de Gaza y una ofensiva israelí.