En las plazas de Santa Rosa, General Pico y otras ciudades del país recordaron este domingo por la noche a Lucio Dupuy (5 años), a un mes de su asesinato en la capital pampeana.
Globos al cielo, velas y carteles pidieron justicia se multiplicaron en la plaza San Martín, de Santa Rosa.
En la capital pampeana, estuvieron los abuelos del nene, Ramón Dupuy y Silvia Gómez, y los tíos. En Pico, en tanto, estuvo Christian Dupuy, el papá de Lucio, y otros familiares.
El abuelo de Lucio agradeció a la gente que lo acompañó. «Queremos que se haga justicia», dijo a la prensa.
En tanto, desde Pico, Christian Dupuy pidió que se apruebe la llamada Ley Lucio. «No queremos que ningún niño pase más el calvario que él pasó», dijo. «Por suerte tengo muchísimos mensajes, estoy en contacto con muchos padres. Queremos acompañarlos y que se investigue tanto a los padres como a las madres. Trato de hablar porque muchos no son escuchados. Las redes sociales sirven para difundir y hay que dar una mano», contó.
«Es una desgracia que haya tenido que ocurrir esto, pero ojalá Lucio sea un ejemplo y un héroe para todos los niños», agregó.
Lucio, de 5 años de edad, murió el viernes 26 de noviembre por la noche, luego de ser brutalmente golpeado. Vivía en una casa de la calle Allan Kardec al 2300, de Santa Rosa, junto a su madre, Magdalena Espósito Valenti, y a la novia de su mamá, Abigail Páez.
Ambas están detenidas, en la Penitenciaría de San Luis. Magdalena Espósito Valenti está acusada del delito de homicidio calificado por el vínculo -que prevé una pena de perpetua-, en tanto que Páez está apuntada por homicidio simple -de 8 a 25 años-. Se espera, sin embargo, que la calificación de los delitos se agrave.
El niño fue llevado por Abigail el viernes 26 de noviembre, por la noche, convulsionando, a la posta sanitaria del barrio Atuel. En ese momento, la madre de Lucio estaba trabajando de moza en un hotel.
Posteriormente el niño fue trasladado por una vecina, en su auto, al Hospital Evita, ya sin signos vitales, donde se constató su fallecimiento.
Según se pudo determinar en la autopsia, Lucio murió por “múltiples golpes” y, además, se comprobó que tenía -de vieja data- mordeduras y quemaduras de cigarrillo.
Era un nene constantemente maltratado. De acuerdo a lo que revelaron fuentes médicas, Lucio ingresó en su corta vida en reiteradas oportunidades a Enfermería del Hospital Evita: había sufrido una fractura en una mano y la quebradura de un dedo. Sin embargo, esas señales no fueron advertidas.
Tampoco en la Justicia se hicieron denuncias o se presentaron indicios que alertaran situaciones de violencia.