Indignación y bronca. Este jueves, personas ingresaron al departamento, se llevaron muebles y ropa y tiraron a la calle los juguetes de Lucio Dupuy, el nene asesinado en Santa Rosa.
Una bici azul se la llevó una vecina, para sus nenes. No habría sabido que era de Lucio. Vecinos alertaron de la situación y resguardaron algunos juguetes -entre otros, un monopatín-, a la espera del padre y de los abuelos del nene que están en General Pico.
Además de los juguetes, tiraron un colchón grande, el colchón rojo de Lucio, ropa, botellas y otros elementos. El colchón del nene también se lo llevó gente que pasaba por Allan Kardec al 2300.
El departamento donde golpearon brutalmente a Lucio estuvo bajo custodia judicial hasta hace algunos días. Una vez finalizadas todas las pericias, la propiedad fue liberada.
¿Quiénes fueron? En las redes, sindicaron a los dueños del departamento. Pero vecinos lo negaron terminantemente. «Los dueños no fueron. Los conozco y no eran ellos. Serían familiares de las dos detenidas. Trajeron un flete cerca de las 11 de la mañana y se llevaron varias cosas. Principalmente muebles. Lo que no les servía, lo tiraron en la vereda. Mucha gente se llevó cosas, como algunos juguetes», contó una vecina a Diario Textual.
Silvia Gómez, la abuela paterna, agradeció a los vecinos. «Mil gracias a la gente que se comunicó. Pudimos recuperar cosas de mi nieto. Algunas cosas llevaron pero entiendo y nos reconforta que pueden jugar algunos niños con los juguetes de Lucito. Pasada una semana del crimen la Policía nos entregó varias cosas de él», contó.
Lucio, de 5 años de edad, murió el viernes 26 de noviembre por la noche, luego de ser brutalmente golpeado. Vivía en una casa de la calle Allan Kardec al 2300, de Santa Rosa, junto a su madre, Magdalena Espósito Valenti, y a la novia de su mamá, Abigail Páez.
Ambas están detenidas, en la Penitenciaría de San Luis. Magdalena Espósito Valenti está acusada del delito de homicidio calificado por el vínculo -que prevé una pena de perpetua-, en tanto que Páez está apuntada por homicidio simple -de 8 a 25 años-. Se espera, sin embargo, que la calificación de los delitos se agrave.
El niño fue llevado por Abigail el viernes 26 de noviembre, por la noche, convulsionando, a la posta sanitaria del barrio Atuel. En ese momento, la madre de Lucio estaba trabajando de moza en un hotel.
Posteriormente el niño fue trasladado por una vecina, en su auto, al Hospital Evita, ya sin signos vitales, donde se constató su fallecimiento.
Según se pudo determinar en la autopsia, Lucio murió por “múltiples golpes” y, además, se comprobó que tenía -de vieja data- mordeduras y quemaduras de cigarrillo.
Era un nene constantemente maltratado. De acuerdo a lo que revelaron fuentes médicas, Lucio ingresó en su corta vida en reiteradas oportunidades a Enfermería del Hospital Evita: había sufrido una fractura en una mano y la quebradura de un dedo. Sin embargo, esas señales no fueron advertidas.
Tampoco en la Justicia se hicieron denuncias o se presentaron indicios que alertaran situaciones de violencia.