Seis estudiantes de 11 y 12 años de edad denunciaron que fueron abusadas sexualmente, mediante manoseos, por otro alumno del Colegio Secundario Humberto Illia, de Santa Rosa. Estudiantes y familiares hicieron hoy dos sentadas y aplaudidas, a las 7.45 y a las 13, para que el niño, de 12 años, sea expulsado de la institución. Por lo pronto, fue apartado del curso de la mañana y trasladado a otro de la tarde.
El caso fue dado a conocer públicamente por Paola, la madre de una de las chicas. El abuso, contó, ocurrió el 20 de abril. “Ese día cada mi hija llegó a casa hecha un mar de llantos: un compañero la había abusado, a ella y 5 compañeritas más”, sostuvo.
Ese mismo día hicieron la denuncia en la Unidad Funcional de Género. Un día después, a media mañana, se reunieron con las autoridades del colegio. Según manifestó, trataron el tema con suma “liviandad” y propusieron trasladar al nene acusado a otro curso del turno tarde. “Es una cargada dijimos, expresamos nuestro desacuerdo, porque no queríamos que mi hija se tuviera que topar todos los días con este ‘nene’. Nos respondieron que no se podía hacer nada”, agregó.
“Luego les dijimos que habíamos ido a hacer la denuncia y que en la unidad funcional nos habían manifestado que ellos debieron hacerla, porque, primero que fue en el establecimiento y segundo las nenas hablaron y contaron a la preceptora y una profe. Dos días después del hecho van dos profesoras y presentan la denuncia. ¡Dos días después!”, cuestionó.

“Ellos en todo momento querían dejar bien parada a la institución, les importaba tres carajos las nenas, por eso no querían hacer la denuncia, querían tapar todo, querían ‘suavizar la cosa’. ¿Saben lo feo que es para una menor, o para cualquiera que haya sufrido abuso, ver todos los dios a quien las tocó? ¿Saben lo feo que es para los padres tener que estar sentados con un profesional respondiendo preguntas personales y muy íntimas de tu hija?”, se preguntó.
“Y la vergüenza que sintió mi hija, primero para contarlo, luego pasar por el equipo técnico. Y tener que aguantar comentarios como ‘tampoco fue para tanto, no es que te violaron’. Mi hija tuvo la suerte de poder contarlo y ser apoyada, otras compañeritas no tuvieron la misma suerte, sus padres lo minimizaron, y otra, fue obligada a pedir disculpas, porque papá no quería problemas”, finalizó.