La Sala B del Tribunal de Impugnación Penal, conformada por los jueces Filinto Rebechi y Mauricio Piombi, no hizo lugar al recurso de impugnación presentado por la defensora particular Vanessa Ranocchia Ongaro y, de esa manera, confirmó la sentencia de culpabilidad y la imposición de una pena de 12 años de prisión contra el sacerdote Hugo Edgardo Pernini, como autor de abuso sexual simple, gravemente ultrajante y con acceso carnal, agravado por ser el autor ministro de un culto religioso reconocido, mediando abuso coactivo o intimidatorio de una relación de autoridad y poder, como delito continuado.
Pernini fue declarado culpable de haber violado a un chico cuando tenía entre 17 y 18 años de edad en la Iglesia Luján, de Santa Rosa.
Con las pruebas reunidas durante el juicio oral, en primera instanca, el juez Gastón Boulenaz descartó la inocencia del sacerdote. Por el contrario, afirmó que los abusos ocurrieron, tal cual había sido la teoría del caso del fiscal Walter Martos.
El juez señaló que Pernini abusó sexualmente mediante tocamientos, sexo anal y oral al joven de 17 años (ya había cumplido 18 cuando los abusos concluyeron). Eso ocurrió entre mayo y diciembre de 2007 dentro del predio de la Iglesia Nuestra Señora de Luján -ubicada en López de Vega y Leguizamón, en Santa Rosa- más precisamente en los departamentos en los cuales residía el imputado.
“Allí existieron múltiples episodios, siendo el primero en el departamento de huéspedes, ubicado frente a la casa parroquial (…) Con posterioridad, los abusos ocurrieron casi a diario”, sostuvo el juez. “Este tipo de abusos fueron reiterados -incluso uno de ellos en la ciudad de Buenos Aires- hasta el mes de julio de 2007, para luego continuar bajo la modalidad de tocamientos -tal como lo ocurrido a fines de diciembre de ese año-; momento en el que se presentaba el pesebre viviente”, dijo Boulenaz.
Actualmente el sacerdote está con arresto domiciliario hasta la finalización del proceso, con control electrónico de vigilancia.
En el juicio la fiscalía había pedido una condena a 12 años de prisión al sacerdote y la querella había solicitado que la condena fuera de 15 años. En tanto, la defensa había solicitado que le apliquen el mínimo de la pena prevista, es decir, 8 años.