La ONG “Personas por el Trato Ético de los Animales” (PETA) le envió una carta al gobernador Sergio Ziliotto en la que le solicitó mantener la prohibición de la caza con jauría, a pesar de la apelación del Gobierno provincial al fallo de la Cámara de Apelaciones en lo Civil Comercial, Laboral y de Minería que declaró, el mes pasado, la inconstitucionalidad de una ley provincial que autoriza este tipo de práctica.
PETA es una organización por los derechos de los animales, cuya sede está en Estados Unidos y con subsedes en América Latina. Este miércoles se conoció el texto de la nota, firmada por Gabriel Ochoa, gerente de Comunicaciones de PETA Latino.
A continuación la carta al gobernador:
“Estimado Gobernador Ziliotto:
Le escribo en nombre de People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) y PETA Latino y nuestros muchos miembros y simpatizantes en América del Sur para pedir su apoyo para garantizar que la reciente resolución que prohíbe el uso cruel de perros para la caza se mantenga.
Como es de su conocimiento, la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería dictaminó el mes pasado que una ley provincial que permite a cazadores obligar a los perros a perseguir y mutilar a otros animales violaba numerosas normas federales contra el maltrato animal, entre ellas la Ley Nacional de Protección Animal. La Corte determinó, por lo tanto, que la ley provincial era inconstitucional. En su decisión, la Corte señaló que, ‘en el desarrollo de la cacería bajo esa modalidad con jauría se infringe un mayor sufrimiento del que naturalmente o por otros medios de caza se produciría… No solo respecto del animal cazado sino también al que se utiliza para cazarlo’. La Corte también encontró que la afirmación de que tales cacerías constituyen una ‘tradición’ era irrelevante y no podía usarse para justificar la crueldad, afirmando que ‘la sola perpetuidad de una actividad no implica su validación ni legitimación’.
Además del evidente terror y dolor al que son sometidos los animales silvestres cuando corren hasta el agotamiento y son destrozados por jaurías de perros, los perros mismos también sufren mucho. Los perros que se utilizan para la caza suelen permanecer encadenados o en corrales y se les niega el refugio, la atención veterinaria necesaria y la comida y el agua adecuados. Muchos cazadores creen que, si mantienen a los perros hambrientos, estarán más ansiosos por localizar a sus presas. Son entrenados a través de la intimidación, el miedo y el castigo físico. Durante las cacerías, los perros que se pierden, reciben disparos o resultan heridos cuando los animales a los que cazan luchan por sus vidas, con frecuencia los abandonan. Y algunos, especialmente aquellos que no quieren cumplir, simplemente son abandonados al final de la temporada de caza. La práctica es tan común que hay un nombre para ella: ‘abandono de sabuesos’. PETA y los grupos con los que trabajamos han ayudado a perros ‘abandonados’ con heridas de bala, espaldas rotas y muchas otras lesiones y enfermedades graves. Los abandonan en carreteras muy transitadas, los tiran en pozos, los atan a vías ferroviarias y mucho, mucho más.
He leído que usted es un líder amable, razonable y justo. Y ciertamente no hay nada amable, razonable o justo en maltratar a los perros para obligarlos a atormentar y matar a otros animales. Le pido respetuosamente su apoyo en esta decisión crítica”.
La sentencia declara la inconstitucionalidad de un decreto que regula el transporte de perros, pero no de la ley que habilita la caza con jauría. “La demanda nunca pidió la inconstitucionalidad de esta ley”, explicaron desde Casa de Gobierno, al fundamentar la apelación al fallo judicial.
Además, el Gobierno pampeano planteó en el recurso que el tema de debate “excede a una acción de amparo” y que el jabalí “es una especie exótica invasora y no es razonable prohibir la actividad en medio de la temporada”.