Alumnos y alumnas de segundo año del colegio secundario 9 de Julio de Santa Rosa lanzaron una canción por la inclusión, que es el fruto de las vicisitudes atravesadas durante la pandemia por Covid 19. “Todxs pueden”, es el lema.
La idea de la canción nació a partir de lo vivido a comienzos de 2021, cuando el establecimiento educativo sumó a un docente de la Escuela de Apoyo a la Inclusión Frida Kahlo. El aporte fue capitalizado por estudiantes de primer año, turno mañana, de entonces que actualmente atraviesan el segundo año. Ellos, en conjunto con autoridades y las familias, le dieron forma al soporte audiovisual inclusivo.
Este docente –que pidió no dar a publicidad su nombre para evitar ponerle ‘nombre propio’ a lo realizado- recordó que atravesaron la pandemia con las clases virtuales hasta que volvieron a la presencialidad. Durante ese lapso fue observando, registrando, compartiendo desde otro lugar y fotografiando diferentes momentos, discusiones, intercambios, puntos de vista, miradas de los chicos y chicas que han tenido la suerte de ser parte de un grupo muy diverso y que pudieron aceptar y alojar a esa diversidad de la que también son parte.
“Siempre han sostenido y militado fuertemente la idea que ‘todxs pueden’ de diferentes maneras y que lo que lo que hay que modificar son las formas. Sólo es necesario que los adultxs veamos en cada uno de lxs estudiantes las fortalezas”, indicó el profesor a Diario Textual.
Valoró como muy significativo que como sociedad nos podamos dar cuenta que es necesario proporcionar diferentes formas, pero iguales oportunidades de aprendizaje. «No alcanza con la tiza y el pizarrón», desafió.
En ese sentido, propuso “crear entornos de aprendizaje” que ofrezcan diferentes oportunidades para entender, expresar y participar respetando gustos e intereses. Con el arte, la oralidad, la escritura, la tecnología y el juego como vehículos.
“Con estas ideas arraigadas fuertemente en el enfoque que intentamos poner en práctica desde los roles de los DAI es que hemos ido transitando este tiempo hasta que apareció Manuel (asistente personal no docente de un estudiante) y empezó a hacerse tangible lo que venía siendo palabras y sentimientos”, dijo.
El maestro explicó que fueron dándole forma a la canción junto a los estudiantes tomando en cuenta lo vivido. Le pusieron un título que luego cambiaron y como a ‘Manu’ le gusta cantar, se encargó de ponerle voz y ritmo al tema.
La propuesta contó también con el natural apoyo de las familias, que sumaron sus aportes ‘valiosísimos’ para que la idea quedara plasmada en un estudio de grabación. Aportaron para la compaginación del video y estuvieron atentas al proceso. “Siempre alentándonos y agradecidas por cómo la mirada de sus hijxs también los atravesaba y les hacía deconstruir su mirada ante la diversidad”, resaltó el profesor.
Para consolidar el proyecto se unieron todas las partes: alumnos, familias, escuela y comunidad educativa. “Por eso es que nos llena de orgullo haber sido parte de ‘No hay nadie que no pueda’”, indicó el docente responsable, quien invitó a reflexionar sobre la letra. Describió que son un grupo de niños y niñas diciendo que todos somos capaces, todos somos buenos en algo, todos podemos aprender invitando a todos a buscar alternativas a la tiza y el pizarrón o al dictado, por ejemplo. Consideró que la canción es el mensaje claro de que nada se construye con esfuerzos aislados; al contrario, es la mirada inclusiva la que debe enriquecernos no solamente como escuela sino como sociedad.
Para el docente, en el aula se vive y se disfruta de la inclusión como sinónimo de la diversidad más allá de la condición de cada estudiante. Precisó que son 24 personas con diferentes formas de aprender y de transitar la escuela. “Este tipo de ideas pueden suceder en cualquier escuela donde transita un docente de apoyo a la inclusión o donde haya docentes que puedan animarse y entender que para que todxs aprendan es necesario crear un clima de armonía. Que es necesario habilitar la palabra, mirarnos desde la singularidad y desde la posibilidad para poder crear aulas y escuelas habitables y convivientes”, aseguró.
Finalmente, agradeció a quienes alentaron, acompañaron, propician espacios, tiempos de intercambios y capacitación permanente. “A quienes nos atraviesan con su mirada tan comprometida con nuevas formas de ver y transitar la escuela”.