El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, permanecía esta mañana en Brasilia luego de una noche en la que no recibió ni siquiera a sus aliados más cercanos después de que la autoridad electoral informara que había sido derrotado en el balotaje de manera irreversible. Tampoco llamó a Lula para felicitarlo por su victoria.
El exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva lo derrotó con 50,90% a 49,10% de los votos válidos con 99,99% del escrutinio cumplido, según los datos divulgados por el Tribunal Superior Electoral (TSE) en su sitio web.
Después de que fuera confirmada oficialmente su derrota en las urnas, Bolsonaro no realizó declaraciones ni reconoció públicamente la victoria de Lula. Tampoco llamó por teléfono a su contrincante para felicitarlo por el triunfo, según afirmó el propio Lula anoche en su discurso.
El mandatario de ultraderecha no quiso recibir a sus aliados más cercanos, según fuentes parlamentarias allegadas al mandatario citadas por el diario O Globo. A ministros y diputados que intentaron visitarlo en la residencia oficial en Brasilia les dijeron que el presidente no quería ver a nadie.