El ministro de Justicia, Flavio Dino, declaró el domingo por la noche que ya se ha detenido a “unos 200 terroristas” por el intento de golpe de Estado en Brasil. Todos involucrados en el asalto a los edificios de Gobierno en Brasilia.
El funcionario, además, confirmó que se incautaron unos 40 autobuses por haber sido utilizados para trasladar a manifestantes de otros estados a Brasilia.
Cientos de simpatizantes del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, invadieron este el Congreso en Brasilia mientras otros comenzaron a ingresar el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia y algunos rodearon el Palacio de Justicia.
Días atrás el líder de ultraderecha Bolsonaro, que se refugió en Estados Unidos, prometió a sus seguidores que aguarden “novedades” inminentes, dijeron grupos de ultraderecha en el estado de Florida.
Ese comentario pareció confirmar la intención del excapitán de cumplir su amenaza de perpetrar en Brasil la versión local del asalto al Capitolio ocurrida en enero de 2021, por parte de seguidores de Donald Trump.
Los manifestantes lograron bloquear los puestos de la Policía Militar de Brasilia y avanzaron por la avenida principal de Brasilia tras lo cual tomaron el Palacio del Parlamento mientras algunos comenzaron a asaltar el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia, ubicado a unos 300 metros del Legislativo, en la zona este de la ciudad.
Parte de la horda llegó procedente del Cuartel General del Ejército, donde fue montado un campamento demandando un golpe de Estado y contra el “fraude” que habría permitido el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva.
En tanto, el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula Da Silva, decretó la intervención federal de Brasilia para que actúen fuerzas de seguridad y miliares hasta el próximo 31 de enero, mientras que garantizó que todos los responsables de lo que calificó como una «barbarie» contra la democracia, a los que llamó “fascistas”, serán castigados.
El decreto implica que las fuerzas federales “pueden actuar” para preservar la seguridad en Brasilia.