Romina Lucero, una mujer que tiene a siete hijos, está a punto de ser desalojada de la precaria vivienda que alquila en el barrio de Zona Oeste Quintas (al noroeste de la ciudad de Santa Rosa).
La casa, sin servicios de gas ni de agua, está ubicada en Suipacha al 1120. “Mi esposo hace changas de albañil, yo hago trabajos de limpieza. Tenemos siete chicos. La más chiquita de un año y medio y el más grande de 12 años… Alquilo desde hace cinco años. La casa se llueve toda, hay humedad. Mi marido la ha ido arreglando un poco. Pero ahora me la pidieron. Supuestamente la van a derribar… Yo he intentado alquilar otra cosa, pero sale todo muy caro y con siete chicos no me dan para alquilar, me dicen que no…”, cuenta a Diario Textual.
“Me tenía que ir el 15 (de marzo) pero me puse firme y no me voy porque no tengo a dónde ir”, agrega.
Dice que hace unos 13 años se anotó para recibir una casita del Ipav, pero que nunca tuvo “suerte” en los sorteos. “En el Ipav me aseguran que figuro anotada desde 2016… Se han perdido los papeles, no sé qué ha pasado. Ahora estoy en el padrón”, dice, algo esperanzada.
También cuenta que la iglesia a la que concurre le donó un terreno. Tiene que hacer los trámites para obtener la titularidad. “Estuvimos averiguando sobre un agrimensor porque ya estamos levantando con la ayuda de una iglesia. Pero todavía me falta muchas cosas porque no tengo para ir al baño”, dice.
Romina pide tiempo para dejar la casa. También, que le den una casa del Ipav o que la ayuden a levantar una casita en el terreno que le donaron.
