Trabajadores y trabajadoras del fútbol infantil del club Domingo Faustino Sarmiento, de Santa Rosa, denunciaron públicamente que están “hartos” de sufrir robos.
Parece ser que los delitos en perjuicio de la entidad de Villa Elisa se volvieron moneda corriente en el último tiempo. Tal es así, que en menos de quince días fueron despojados de valiosos elementos de trabajo e indumentaria, entre otras pertenencias, en el marco de dos episodios. El más reciente ocurrió en la madrugada de este martes. Por eso las autoridades del lugar concurrieron a la Seccional Segunda, con jurisdicción en la zona, a efectuar la denuncia.
“Es la tercera vez que intentan y la segunda que roban y causan destrozos en la cancha. Violentaron las puertas del vestuario de las chicas de fútbol para robar pelotas, elementos de entrenamiento y camisetas”, detalló Marina Schwemmer, una de las colaboradoras del lugar.
“Además, destrozaron y revolvieron todo. Es lamentable porque hacemos un sacrificio grande y trabajamos a pulmón”, añadió la joven, que junto a un grupo de padres presentó hace un tiempo un proyecto para ayudar al club a salir de la crisis.
La inseguridad preocupa a la comunidad de la institución, consciente que tienen que cuidarla entre todos. “Ojalá que podamos recibir una ayuda para recuperar lo perdido, pero también para poder seguir con nuestra tarea y que el predio tenga las instalaciones seguras que corresponden. Nos falta infraestructura, por eso la idea es lograr avanzar para gestionar a favor del predio”, resaltó.
“Estamos cansados de que nos roben”, se sumó Timoteo Muñoz, coordinador del fútbol infantil. “Se llevan cosas fundamentales, como pelotas e indumentaria de los chicos que usamos para que jueguen, pero pasa que nos roban dos conjuntos y nos arruinan todo un equipo de una categoría”, se lamentó.
El entrenador no ocultó la impotencia que la situación les genera, desempeñándose en una institución en la que les cuesta muchísimo sacrificio conseguir equipamiento para poder funcionar normalmente. Por eso entre técnicos y colaboradores tratan diariamente de ir reuniendo recursos, junto a la posibilidad de que se vaya cobrando una cuota o hasta el lanzamiento de alguna rifa, para poder comprar alguna pelota, algo que les resulta “muy difícil” por la situación económica que atraviesa el país.
“Siempre hay personas que nos pueden donar uno o dos balones pero, más allá que lo valoramos, no nos alcanza para poder desarrollar a los niños”, admitió.
Los ataques vandálicos en perjuicio de Sarmiento atentan directamente contra las posibilidades de unos 180 chicos que diariamente asisten a realizar actividades a la institución del norte de la capital pampeana.
