Empleados y empleadas del Tribunal Oral Federal que declararon confirmaron ante la Fiscalía las denuncias contra el juez Pablo Díaz Lacava por maltrato laboral, abuso de autoridad, violencia de género y lesiones. Los tres denunciantes también ratificaron las acusaciones.
“Todos y todas las que declararon, en mayor o menor medida, confirmaron las denuncias” contra el juez, dijo una fuente judicial a Diario Textual.
Según pudo saber este diario digital, ya declararon casi todos los empleados y empleadas. También lo hicieron una exsecretaria del TOF y una exsecretaria del Juzgado Federal.
Los tres denunciantes, en tanto, también dieron su testimonio ante la Fiscalía y ratificaron las acusaciones por amenazas, coacción, abuso de autoridad, violencia de género, maltrato laboral y lesiones.
Diaz Lacava, en tanto, continúa trabajando virtualmente porque tiene una medida de restricción que le prohibió asistir al TOF. Por tal motivo, la Cámara de Casación Penal dispuso, con carácter provisorio y de forma excepcional, que el secretario de ejecución penal, Matías Costa, actúe de nexo entre el juez denunciado y los otros dos integrantes del tribunal.
Las denuncias contra Díaz Lacava fueron hechas por Jorge Ignacio Rodríguez Berdier, secretario de Cámara; Alina Laura Trento, secretaria de Derechos Humanos; y Ricardo Javier Sequeira González, secretario de Ejecución Penal.
Según esas denuncias, el juez embistió en varias ocasiones a los gritos a sus empleados, en una ocasión los encerró en su despacho en medio de una reprimenda y hasta los criticó por tener contacto con empleados del Ministerio Público Fiscal, que es algo habitual en la práctica judicial.
También fue denunciado por violencia de género: lo acusaron de amedrentar a una secretaria que le había pedido permiso para retirarse una hora antes de lo habitual por cuestiones médicas.
Además, hay en la denuncia una acusación por agresión física pues en una ocasión en que estaban los secretarios reunidos en un despacho, desde afuera y por una ventana que estaba abierta ingresó una piedra que casi impacta en la cabeza de uno de ellos. A los pocos minutos, el juez ingresó por la puerta al lugar y dijo jocosamente que él había arrojado ese proyectil.
