El domingo de elecciones en La Pampa hubo resultados que fueron una sorpresa, pero pocos como lo que ocurrió en Ingeniero Luiggi, donde Juntos por el Cambio terminó con 32 años de hegemonía peronista. Fue tal, que los mismos ganadores no lo podían creer durante los festejos y no salían de su asombro.
La intendenta Patricia Lavín cayó cuando buscaba su reelección por 102 votos de diferencia. Fue 51,7% (1.571 votos) para JxC y 48,3% (1.439 votos) para el Frejupa.
El resultado fue “ilógico” para el peronismo porque tuvo varios ingredientes. Por un lado, el secretario de Asuntos Municipales, Rogelio “Kelo” Schanton, es exintendente de la localidad. Y porque Lavín recibió obras y fondos importantes, mucho más que otros pueblos.
Y también porque Lavín parecía número puesto para repetir: el candidato opositor Gustavo Salvadori, de acuerdo a fuentes provinciales del frente, no se había visto solvente en sus declaraciones públicas ni tenía una plataforma sólida. De hecho, JxC en Luiggi arrastra una interna entre radicales y el PRO desde hace años.
Enseguida se buscaron las causas de la derrota. En el Frejupa se habla de que Lavín “no hizo política”, “no gestionó como correspondía” y no hizo la campaña suficiente porque dio por descontado un triunfo. Pero, sobre todo, se coincide que luego del fallecimiento del diputado provincial y exintendente Oscar Zanoli, “Cabocha”, el peronismo local había perdido músculo político. Zanoli fue un importante dirigente con peso electoral, que hasta había sido mencionado como posible candidato a gobernador en alguna oportunidad y ya se lo estaba observando de cara a 2027.
La derrota en Luiggi, más allá de los inexplicable, fue un duro golpe para el PJ provincial. Enseguida hubo pases de facturas. Hubo voces del vernismo que apuntaron a Schanton por no haber apuntalado la elección en su pueblo. En Casa de Gobierno, en tanto, apuntan principalmente a Lavín.