Después de negarse previamente a rendirse, el jefe de la compañía militar privada de Wagner, Yevgeny Prigozhin, anunció que sus fuerzas estaban dando marcha atrás en su camino hacia Moscú.
El anuncio se produce cuando el Gobierno de Belarús afirmó que el presidente Alexander Lukashenko había llegado a un acuerdo con el jefe de Wagner para detener a sus fuerzas.
Prigozhin dijo que la medida estaba de acuerdo con un plan no especificado y tenía la intención de evitar el derramamiento de sangre ruso.
En una conferencia telefónica con periodistas el sábado, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que se retirarían los cargos penales contra el jefe de Wagner y que iría a la vecina Belarús.
Prigozhin acusó el viernes al ejército ruso de atacar un campamento de Wagner y matar a una “gran cantidad” de sus hombres. Prometió tomar represalias con la fuerza, insinuando que sus fuerzas “destruirían” cualquier resistencia, incluidas las barricadas y los aviones. Avanzó sobre Moscú y, cuando ya se encontraba a menos de 100 kilómetros, detuvo su marcha. Luego anunció el acuerdo.