Garganta roja y dolorida, fiebre persistente, inflamación de ganglios, aparición de erupción rojiza con textura de papel de lija y enrojecimiento de axilas son algunos de los síntomas de la faringitis y la escarlatina, dos cuadros que pueden ser causados por el streptococcus pyogenes, una bacteria que, si no es tratada a tiempo, puede generar una forma grave de esas enfermedades que en la Argentina ya afectó a 118 personas y causó 16 muertes en lo que va de este año.
“El streptococcus pyogenes es una bacteria común. Es la causa más frecuente de faringoamigdalitis de origen bacteriano, pero también es responsable de algunos cuadros infecciosos de piel y tejidos subcutáneos como escarlatina, celulitis, impétigo. Puede estar presente en todas las edades pero en la infancia se observa el pico de incidencia”, expresó a Télam la médica infectóloga Leda Guzzi.
La especialista agregó: “En general da lugar a cuadros leves y limitados con el tratamiento antibiótico”, pero en ocasiones “suceden infecciones invasivas, en las que la bacteria atraviesa las barreras naturales y se expande a lugares distantes como pulmones, meninges o articulaciones, cuadros que son graves y potencialmente mortales”.
Otro dato importante que arroja el boletín es que la vigilancia de laboratorio no ha revelado nuevos linajes invasivos emergentes hasta la fecha, tampoco hubo evidencia de circulación ni diseminación de los clones invasivos M1uk, emm 3 y emm 89 responsables de incremento repentino de enfermedad invasiva en los Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Europa.
En cuanto a la edad, los casos van de 0 a 83 años, con un promedio de 16, pero un 43,2% fueron menores de 10 años. Se notificaron 50 casos en mujeres y 68 en varones.
Este incremento de infección invasiva por esta bacteria no es una realidad exclusiva de la Argentina. “En diciembre de 2022 la OMS advirtió de un aumento de casos en la región europea, en cinco países; también la OPS reportó un aumento de casos en Uruguay”, describió Guzzi.
En este sentido, añadió: “Hay una hipótesis en torno al rol del SARS-Cov-2, ya que el virus tiene afinidad con las células de la faringe y de las amígdalas, donde puede generar un daño en células de las defensas, lo que favorecería una permeabilidad de los tejidos para con la bacteria”.
Por su parte, el especialista en medicina interna del Hospital de Clínicas, Ramiro Heredia, dijo: “Hay varias teorías que pueden explicar esta suba de casos” y detalló: “Por un lado, se sabe que los cuadros graves por infección estreptocócica muchas veces se dan en un contexto de coinfección con virus, es decir que conviven la infección por un virus con la bacteria. Por otro lado, la caída en las inmunizaciones es una determinante de que haya morbi-mortalidad por infección bacteriana en general”.
Según el último boletín epidemiológico nacional, hasta el 2 de julio se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia 118 casos de infección invasiva por streptococcus pyogenes; un número que representa un aumento de 281% respecto de 2019 (año anterior a la pandemia por coronavirus). Además, se notificaron 16 muertes por esta infección en el mismo período.
Las provincias con mayor cantidad de casos confirmados fueron Buenos Aires (35), Santa Fe (20), Chubut (10) y Tierra del Fuego (10).
Heredia describió que, durante la pandemia, bajaron las tasas de inmunización en general en más de un 10% respecto de los valores prepandemia. “Esto hace que haya muchos más niños susceptibles a infecciones virales porque no se han aplicado las vacunas del calendario, de la gripe en la población objetivo”, explicó.
“Otro aspecto es la ‘deuda de inmunidad’ generada por la pandemia; esto quiere decir que durante más de dos años estuvimos prácticamente expuestos sólo a Covid y en un contexto de distanciamiento, lavado de manos, uso de barbijo, bajaron las infecciones por otros virus que circularon diferente de los patrones habituales y en muchos casos perdieron la estacionalidad”, sostuvo.
Como ejemplos de esos comportamientos atípicos de virus describió que hubo un pico de gripe a final de año cuando la temporada es el invierno; y hubo casos de sincicial respiratorio todo el año.
“Con las bacterias pasó lo mismo. Las infecciones bacterianas descendieron mucho esos años porque se dan fundamentalmente por contacto o por gotitas respiratorias; esto hizo también que se baje la inmunidad que se va adquiriendo infección tras infección”, afirmó.
Heredia remarcó: “La inmunidad natural es muy importante en las infecciones por estreptococo y es, quizás, una de las causas que explica por qué lo adultos tienen menos infecciones por esta bacteria que los niños porque, al exponerse repetidamente a distintas bacterias de la familia de los estreptococos, se va desarrollando cierta inmunidad; de hecho, las anginas o faringitis de los adultos en general tienen un origen viral, mientras que en esos cuadros en los niños el origen bacteriano tiene más importancia”.