El Gobierno nacional ordenó el congelamiento de las tarifas de luz y gas al menos hasta noviembre, en medio de la batería de medidas para contener el aumento de la inflación, luego de la devaluación que dispuso el Banco Central de la República Argentina a pedido del Fondo Monetario Internacional.
La decisión fue tomada por el Ministerio de Economía, a cargo de Sergio Massa, y regirá para usuarios residenciales, según informó el canal C5N. De esta manera, los hogares no recibirán aumentos en las facturas de los servicios públicos de gas y luz hasta el mes de noviembre.
El congelamiento en las tarifas se suma a la batería de medidas que tomó el Gobierno nacional luego de la devaluación del 22% dispuesta tras el resultado de las PASO de agosto, la cual se espera que eleve el índice inflacionario a dos dígitos.
Una de las decisiones anunciadas por la cartera que conduce el candidato presidencial de Unión por la Patria tras el salto devaluatorio fue la extensión del acuerdo de precios por 90 días, con incrementos mensuales de hasta 5%.
Guillermo Michel, titular de Aduana y quien encabeza la recientemente creada unidad de negociación de precios, dio a conocer medida durante una conferencia de prensa en Economía la extensión del acuerdo con las empresas del sector. «Estamos renovando los acuerdos de precios y estableciendo incrementos del 5% mensual por 90 días», dijo.
Días después, Economía informó que al menos 337 empresas se adhirieron al plan. La novedad es que además de los supermercados también quedan incorporados a la lista calzado, celulares, consumo masivo, indumentaria, insumos difundidos, motos, línea blanca y pequeños electrodomésticos.
En paralelo, también se anunció el congelamiento del precio de los combustibles en surtidor hasta el 31 de octubre, luego de un entendimiento alcanzado con las principales petroleras que operan en el país.
En conferencia de prensa, Massa confirmó que durante la vigencia del acuerdo con las empresas petroleras «no habrá más aumentos de combustible» y explicó que la decisión surge a raíz de que una parte del impacto de la devaluación ya la asumió el consumidor, otra parte la asumirán las empresas y una tercera parte el Estado «que va a resignar parte de recursos que cobra en impuestos a las empresas de combustibles».