El Sanatorio Santa Rosa, la Clínica Modelo, la Clínica Argentina y la Clínica Regional confirmaron este miércoles que, desde este jueves 14, cortarán las internaciones, cirugías y otras atenciones a jubilados y pensionados afiliados a la obra social Pami. Reclaman una recomposición en el pago de las prestaciones.
Directivos de estos centros de salud dieron una conferencia de prensa desde Pico, a media mañana. Participaron Mariana Montalbano, gerente de Clínica Modelo; Eduardo Costabel, integrante del directorio de Clínica Modelo; Fernando Suárez, gerente de Clínica Argentina; Víctor Ballesteros, administrador general del Sanatorio Santa Rosa; y Yamila Pividori, administradora de la Clínica Modelo. “Desde la 0 hora se suspende internación y cirugías”, manifestaron. “No así la atención en consultorio”, aclararon. De todas maneras, desde el Pami adelantaron que, si cortaban el servicio, tampoco permitirían la atención ambulatoria en las clínicas.
“Venimos de hace meses, con extorsiones en el pago, con demoras en los pagos e incertidumbre”, manifestaron. De esa manera, devolvieron el golpe: desde el Pami vienen diciendo que la medida de fuerza es “extorsiva”.
Poco antes, Cecilia Giacco, titular de la obra social Pami en La Pampa, calificó de “conducta extorsiva” la decisión de las cuatro principales clínicas privadas. Pero reiteró que ningún afiliado dejará de recibir atención. Se podrán internar en otras clínicas y hospitales públicos. “Es una medida extorsiva la que sacan en los medios porque reclaman el pago de un bono que Pami otorgó a todos los prestadores con los que tiene contrato de un 20% para paliar la situación económica. Estas cuatro clínicas no tienen contrato actualizado porque hace dos años que estamos convocándolos a firmar el contrato y no quieren. Aducen que son contratos extorsivos. Pero siguen atendiendo, prueba de que les sirve atender por Pami”, dijo Giacco.
Giacco, en ese marco, recomendó a los afiliados que no programen cirugías en esas clínicas. Tampoco que paguen porque no harán reintegros.
La situación más compleja se da en General Pico, donde ante el corte de las dos clínicas privadas, la Regional y la Argentina, la única opción que tienen los afiliados es el hospital Gobernador Centeno, es decir Salud Pública.
Distinta es la situación en Santa Rosa, donde pueden acudir al Faerac, al Polimedyc o al hospital público. Y en Realicó está la clínica Santa Teresita.
Las clínicas denuncian que, en lugar de resolver los problemas, Pami intenta imponer la firma de un nuevo contrato, que incluye cláusulas consideradas desfavorables para las clínicas. Además, han enfrentado demoras en los pagos e incluso han tenido que recurrir a cartas documento para reclamar pagos pendientes. A esto se suma una reciente bonificación extraordinaria otorgada solo a dos clínicas de Santa Rosa, creando, según manifiestas desde estas cuatro clínicas “una situación desigual”.
El problema financiero es central en este conflicto. Las clínicas sostienen que, a pesar de brindar servicios esenciales, enfrentan dificultades para facturar y recibir pagos adecuados. Además, debido a un reciente fallo en el sistema informático de PAMI, las clínicas no pudieron facturar por 16 días, lo que afecta su flujo de caja.
Estas cuatro clínicas piden, principalmente, una recomposición. Aducen que están trabajando con un gran desfasaje económico. Entre otros puntos, sostienen que son discriminadas porque, a diferencias de otras clínicas, no recibieron el bono extraordinario del 20% de su facturación (en el Pami argumentan que no se les abonó el bono del 20% extraordinario porque no reunían las condiciones, ya que están sin contrato vigente y se niegan a firmar, en disconformidad con las condiciones ofrecidas), y alertan que la caída de sistema informático de la obra social, que trabó los canales administrativos durante 16 días, ya generó pérdidas económicas porque no pudieron hacer las facturaciones a tiempo.