Al menos 700 israelíes murieron durante los ataques, cientos de personas resultaron heridas y al menos 100 secuestradas, de acuerdo a la información entregada por el gobierno.
Israel respondió con una ola de ataques aéreos contra Gaza, matando a más de 413 personas y dejando unos 2.300 heridos, según funcionarios palestinos.
Se cree que el número de víctimas puede elevarse con el transcurso de las horas.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) instaron a los civiles en Gaza a abandonar sus residencias, mientras Netanyahu advirtió que su país comenzó “una guerra larga y difícil”.
“Lo que pasó hoy nunca se ha visto en Israel. Tomaremos una poderosa venganza por este día negro”, dijo.
El comandante militar de Hamás, Mohamed Deif llamó a la operación “Tormenta de al Aqsa” y dijo que es una respuesta a los ataques a las mujeres, la profanación de la mezquita de al Aqsa en Jerusalén y el actual asedio a Gaza.
Pidió a los palestinos y otros árabes que se unan para “barrer con la ocupación» de Israel.
Hamás asegura tener decenas de «prisioneros de guerra» y publicó videos en sus redes sociales con presuntos soldados rehenes.
En tanto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que el apoyo de su país a Israel es «sólido como una roca», comprometiéndose a garantizar que «puedan seguir defendiéndose».