Por Norberto G. Asquini
El ex presidente de Uruguay, José Pepe Mujica, afirmó esta semana sobre el peronismo que “ese animal existe, es una mitología que tiene el pueblo argentino, entonces eso rompe todos los esquemas”. Tal vez por eso se explique la remontada de Sergio Massa este domingo que lo colocó en segunda vuelta. Y también el resultado en La Pampa.
No hay muchas vueltas: a pesar de los palos, de lo cascoteado que esté en las primarias el peronismo provincial, cuando tiene que salir a bancar la boleta nacional que no le ahorra dolores de cabeza, consigue resultados casi inesperados (más allá que puede ser falible como en 2021).
Este domingo volvió a repetirse la historia. El peronismo pampeano es uno de los tres del exclusivo club de provincia que mantienen el mismo signo político desde 1983. Las otras dos son La Rioja y Formosa. Y eso no es gratuito. Si en las elecciones nacionales el peronismo local tiene que sufrir los desaciertos económicos y políticos de su propia dirigencia, de su propio partido, fronteras adentro tiene para defender logros y aciertos. Y la gente lo sabe.
Esta elección fue otra muestra. Una de tercios en la que arrancaba tercero y bien abajo, a 8.000 votos del primero, el libertario Javier Milei. Este domingo la nueva remontada tuvo como cabeza al gobernador Sergio Ziliotto. En Santa Rosa se duplicó la diferencia con el libertario, en General Pico y General Acha no alcanzó pero se achicó. Se ganó en muchos pueblos sacando resultados abultados.
Podríamos decir que aparato mata relato, usando (otra vez) la famosa frase. Y no estaría desacertada. Pero es el peronismo (pampeano) el que mata relato. Es la maquinaria proselitista que se pone en marcha para remontar las difíciles, pero es también una gestión que fue apoyada (y ratificada) por el 45% de los votantes en mayo cuando en el resto de las provincias el peronismo caía uno tras otro.
Todavía no se sabe qué ocurrirá en la segunda vuelta. Ziliotto está atento a eso porque se pueden dar las dos posibilidades: si gana Massa podrá sostener el gobierno realizado hasta acá, y si gana Milei resistir los embates libertarios. Lo que sí se confirmó este domingo es que el gobernador empieza su segundo mandato con un respaldo popular (y político) que consiguió con una conducción sin muchas estridencias, pero respaldada en la gestión.