En medio de las protestas agrícolas que sacuden a Francia, dos activistas por el clima tiraron sopa sobre el vidrio que protege la famosa pintura de la Mona Lisa en el Museo del Louvre.
La pintura del siglo XVI de Leonardo da Vinci es una de las obras de arte más conocidas del mundo y se conserva en el Museo del Louvre de la capital francesa. Está detrás de un cristal a prueba de balas, por lo que es poco probable que haya sufrido daños.
“¿Qué es lo más importante?¿El arte, o el derecho a una comida sana y sostenible?”, exclamaron las mujeres al reclamar por un sistema alimentario sostenible. “Nuestro sistema agrario está enfermo. Nuestros agricultores mueren trabajando”, añadieron.
Con las palabras “FOODRIPOSTE” (en inglés, reacción alimentaria) escrito en las remeras que descubrieron, las mujeres pasaron por debajo de las barreras de seguridad que protegen a la obra de Leonardo da Vinci y comenzaron a dar su discurso.
En el video que se volvió viral en las redes sociales, se puede ver cómo los empleados del reconocido museo actúan rápidamente, colocando unos paneles negros frente a la pintura y pidiendo a los visitantes que se encontraban en el lugar que “evacuaran la sala”.
Esta no es la primera vez que los activistas deciden realizar una de sus polémicas acciones en un sitio como este. “Las Majas”, de Goya, en el Museo del Prado o “La Venus del espejo”, de Velázquez, en la National Gallery de Londres, también fueron víctimas de este estilo de vandalizaciones. Desde entonces, los museos reforzaron los controles y las medidas de seguridad.
En su sitio web, el grupo ambientalista Riposte Alimentaire (respuesta alimentaria) responsabilizó al gobierno de Francia por incumplir sus compromisos climáticos, y provocar así la falta de acceso a alimentación saludable e ingresos decentes para los agricultores. Además, reclaman la implementación de un sistema de salud estatal para garantizar estos derechos.
Este reclamo va de la mano con el que vienen realizando desde hace varias semanas los agricultores franceses, que cortan rutas en todo el país pidiendo una mayor remuneración por sus productos, “menos burocracia” y protección ante las importaciones de bajo costo. La protesta alcanzó niveles altos cuando amenazaron con bloquear los principales accesos a París, la capital nacional.
El pasado miércoles, los Trabajadores asociados a la Federación Nacional de Sindicatos de Agricultores (Fdsea) de Francia llevaron su protesta a un nivel más alto: rociaron con estiércol edificios gubernamentales desde sus tractores. La Dirección Departamental de los Territorios y el Mar (Ddtm) -ubicada en la localidad de Quimper, en el noroeste de Francia- fue la sede en donde gremialistas y agricultores se reunieron para expresar su“hartazgo de las prescripciones contradictorias que rigen su vida cotidiana”.