Unas horas antes de que se conozca la inflación de febrero, el Gobierno decidió lanzar una ofensiva contra los fabricantes de alimentos locales. En una nueva muestra de heterodoxia económica, el vocero oficial Manuel Adorni anunció que se abrirán las importaciones para productos de la canasta básica y que incluso en algunas categorías se aplicarán descuentos de impuestos, con el objetivo de contener los aumentos que aplican las empresas locales.
La decisión surge luego de una reunión que mantuvo el ministro de Economía, Luis Caputo, con representantes de las cadenas de supermercados.
“En la reunión los empresarios reconocieron suba de precios por encima de la expectativa de inflación y por supuesto que el escenario que habían evaluado los empresarios era catastrófico, algo que no ha ocurrido”, introdujo el funcionario.
“Entendemos que la economía de a poco se va normalizando y en esta línea se ha tomado la determinación de abrir definitivamente las importaciones de determinados productos de la canasta familiar en pos de poder hacer los precios más competitivos en beneficio de las familias y de los consumidores argentinos”, informó Adorni.
El funcionario agregó que habrá “alguna quita de impuestos” a productos importados para ayudar a la corrección de precios.
Los detalles de la medida serán informados esta tarde, precisó.