La estancia La Andría -convertida en un club de polo, a metros de la ciudad de Santa Rosa- ya tiene el cartel de “Se vende”. El lugar, con dos viviendas y un total de 571 hectáreas, es propiedad desde hace unas dos décadas del empresario español Álvaro Roca de Togores y Bustos. Su intención era lotear todo ese sector, para un desarrollo urbanístico, pero nunca pudo avanzar. Allí se realizan, anualmente, campeonatos de polo con los principales jugadores del mundo.
El dueño -también propietario del Hotel Alejandría, sobre la avenida Pilcomayo- dio el poder de negociación de venta a Diana Domínguez Negocios Inmobiliarios. Hace dos décadas que adquirió la propiedad, con ingreso sobre la ruta nacional 5, y ahora pretende venderla.
Federico Beascochea -de Diana Domínguez Negocios Inmobiliarios- contó, al ser consultado por Diario Textual, por qué el empresario decidió vender el campo. “Álvaro compró ese campo con la idea de desarrollar Santa Rosa, pero nunca lo ha logrado hasta el día de hoy…”, dijo. “Ha presentado un proyecto en la municipalidad muchísimas veces y ningún gobierno de turno le han dado lugar. Por eso, ya su edad, ha decidido repatriar los fondos que trajo de España a sus hijos”.
Según dijo, actualmente este campo se puede lotear en chacras de 2 hectáreas sobre la ruta 5 y chacras internas de 30 hectáreas.

El lugar, a solo 7 kilómetros del centro de la ciudad, tiene un altísimo valor. Desde la inmobiliaria evitaron dar cifras, pero esa zona -según coinciden incluso otros agentes inmobiliarios- podría rondar al menos entre 5 mil a 10 mil dólares la hectárea.
Esa zona, si bien actualmente está destinada principalmente a la actividad agropecuaria, tiene posibilidades de ser urbanizada. Sin embargo, hay una restricción de uso porque allí se encuentra una zona de recarga del Acuífero de Santa Rosa.
En su momento, la Caja Forense de La Pampa fue tentada a adquirir el campo para complementarlo con su proyecto de urbanización de Villa Pampa (que está frenado, en el viejo Autódromo Parque Ciudad de Santa Rosa).
Según contó Federico Beascochea, de las 571 hectáreas, 504 son agrícolas/ganaderas para todo tipo de cultivo, maíz, girasol, soja, alfalfa, avena y trigo; 41 hectáreas tienen médanos con caldenes y pinos; 15 hectáreas son de monte de caldén; y las restantes 11 hectáreas componen el casco, los galpones y el club de polo.
El casco de la estancia consta de una casa principal, con hall, estar comedor, 3 habitaciones -2 en suite-, 3 baños, sótano, comedor diario, cocina y despensa. Además, hay una casa de huéspedes, con 3 habitaciones, 3 baños (uno para la pileta), parrilla y despensa. También hay un garaje/quincho para dos autos.
Además, cuenta con pileta, baños públicos, casa del encargado, la casa de pones, la casa de polo y dos galpones, entre otras infraestructuras.
En el casco hay electricidad y gas natural. Otro detalle no menor es que hay un alambre perimetral de dos metros de altura.
¿Qué puede pasar con la zona? “Mas allá de que el nuevo Código Urbanístico ha sido aprobado, vamos a ver ahora si se permite que Santa Rosa crezca…”, agregó Beascochea.