La irrupción de Javier Milei en la política que lo llevó a la presidencia y, sobre todo el shock liberal de su política económica, reconfiguraron todo el mapa político nacional. Por un lado, Juntos por el Cambio fracturado y con cada sector con fuertes debates internos. Por el otro, un peronismo en el llano golpeado por la derrota y el internismo.
La Pampa no está ajena a las consecuencias que va a dejar la presidencia de Milei. Cada fuerza tomó posición frente a la gestión del jefe de La Libertad Avanza. El PRO decididamente apoyando al libertario, la UCR dividida entre las voces críticas y los que especulan ante el respaldo que todavía tiene la figura del presidente a pesar de los tarifazos y el ajuste. Y, por supuesto, el peronismo en la resistencia con Sergio Ziliotto a la cabeza.
En los últimos tres meses, pero sobre todo en el último tiempo, hay cada vez más coincidencias en la posición crítica entre el peronismo pampeano y el radicalismo crítico. Intendentes de la UCR que han manifestado estar en la vereda opuesta al libertario, votos en contra de la Ley Omnibus como la diputada Marcela Coli y la participación de dirigentes y de la Franja Morada en la marcha en defensa de la UNLPam y la educación superior pública contra el ajuste de esta semana.
Por supuesto que mientras intendentes como Abel Sabarots (General Acha) y Héctor Kenny (Victorica) están en las antípodas de Milei, sobre todo porque se ven afectados por sus medidas, pero también porque son votados por sectores del peronismo, otros como el senador Daniel Kroneberger o el diputado provincial Hipólito Altolaguirre manifiestan un cierto seguidismo a su gestión.
Frente a la actual situación económica y la posibilidad de que haya una alianza de derecha entre LLA y el PRO, unidos por esa aversión a Milei, desde el peronismo y las voces críticas del radicalismo se empezó a pensar si en La Pampa no podría surgir, como ocurre en otras provincias, un frente de sectores unidos por una misma visión que confronta con la ultraderecha. Y que actuara en defensa tanto de la gestión provincial como de las gestiones municipales, afectadas por las políticas económicas del ajuste.
¿Se podría dar esa convergencia en algún momento entre el peronismo y sectores del radicalismo, unidos por su postura contra Milei? ¿Podría comenzar a pensarse en una fuerza provincial, como ocurre en otras provincias como Córdoba o Río Negro, que unifique a esos sectores y que amplíe al peronismo?
Aunque por ahora solo es una idea surgida por el espanto que unifica a quienes se ven enfrentados a Milei. Las diferencias locales todavía son demasiado fuertes.