El pueblo de Miguel Cané también va a perder en los próximos días la oficina del Correo Argentino. Se sumará a otra decena de localidades de La Pampa donde sus trabajadores han sido trasladados o se han sumado al retiro voluntario, y las autoridades nacionales han decidido bajar las persianas de esas sucursales.
En las últimas horas, el Correo aceptó el retiro voluntario del trabajador de Cané, pudo saber Diario Textual. Hoy, por lo pronto, la oficina permaneció abierta.
De esta manera, según un conteo de Diario Textual en base a datos de los propios trabajadores e intendentes, se han cerrado -o en los próximos días se cerrarán- oficinas en Telén, Embajador Martini, Larroudé, Rancul, Doblas, Winifreda, Miguel Riglos, Miguel Cané y Bernasconi.
A su vez, estarían en riesgo los servicios en Colonia Barón y Villa Mirasol. En tanto, en el caso de Anchorena -que depende de Miguel Riglos, otra de las oficinas cerradas- quedó a cargo de la estafeta postal un empleado de la municipalidad.
Los trabajadores del Correo Argentino eran unos 120. A principios del año, fueron despedidos 8. Y luego se abrió un registro de retiros voluntarios (con el 100 por ciento de la indemnización, más una bonificación del 30%), a la que se sumaron cerca de 20 empleados.
Hace diez días, el ministro de Gobierno de La Pampa, Pascual Fernández, recibió a las y los intendentes de localidades afectadas por el cierre de las oficinas del Correo Argentino, que unieron su reclamo en defensa del servicio postal oficial que sufre la política de ajuste del Gobierno nacional.
Los jefes comunales coincidieron que el cierre de las sucursales es un problema común que afecta a todos sin distinción de signo político. Plantearon que el Correo Argentino no es sólo el paquete que llega o que se va, sino la institucionalidad, el servicio esencial y confidencial y la gente que trabaja. Y un símbolo del Estado al servicio de cada argentino que debe sostenerse.