La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner afirmó que “no se dio cuenta” que le habían gatillado y que fue informada del intento de asesinato cuando el hecho ya se había consumado y Fernando Sabag Montiel, el principal imputado, ya había sido detenido por las personas de seguridad que la custodiaban. Reclamó investigar a los autores intelectuales, vínculos políticos y financiamiento del atentado.
“Hoy sería imposible de hacer un golpe de estado a la vieja usanza”, pero que “hay otros modos” para desplazar a las personas “que están en contra” de ciertas políticas, dijo.
“Si no hay una articulación con los medios hegemónicos y el poder judicial, que es el poder económico concentrado, estas situaciones no podrían suceder”, sostuvo.
“Los que nos oponemos a esa entrega (del país) nos quieren eliminar con un tiro o con una sentencia, como tituló Clarín: ‘el tiro no salió pero la sentencia sí’. Hay una sociedad muy compleja a la que le han alterado la psiquis”, remarcó.
“Cuando uno ve a las personas que han sido elegidas para representar a los argentinos decir lo que dicen en los medios es preocupante”, advirtió y señaló que “quienes gobiernan se parecen a quienes son gobernados” porque “si no, estaríamos en frente a una anomalía”.
El juicio está a cargo de los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari. En la sala de audiencias, Cristina Kirchner vio cara a cara a los acusados de haberla intentado matar. Fernando Sabag Montiel, el atacante; Brenda Uliarte, su ex novia, y Nicolás Carrizo, el jefe de ambos y señalado como un participante secundario. Los tres pidieron el traslado del Servicio Penitenciario Federal para estar presentes.
Lo que llegó al debate oral tiene que ver con la materialidad del hecho: filmaciones y testimonios acreditan que en la noche del 1° de septiembre de 2022 Cristina Kirchner llegaba a su casa, en la esquina de Montevideo y Juncal en el barrio porteño de Recoleta, la esperaban un nutrido grupo de simpatizantes, como ocurría desde unos días antes cuando el fiscal Diego Luciani pidió su condena a 12 años de prisión por asociación ilícita y defraudación al Estado en la causa Vialidad. La rodeaba su custodia que no se dio cuenta de nada. Sabag Montiel estaba entre la multitud. Se acercó y le apuntó a CFK en la cara con una Bersa calibre.32, que gatilló al menos una vez. La bala no salió porque no estaba cargada en la recámara. Terminó atrapado por militantes. La acusación es por tentativa de homicidio doblemente calificado por alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego.