La Unión Industrial de La Pampa (Unilpa) renovó la comisión directiva. El nuevo presidente es Miguel Iglesias, titular de Apex, la empresa metalúrgica que se instaló en los últimos años en Santa Rosa con una inversión multimillonaria para proveer varillas de acero a las empresas petroleras de la zona de Vaca Muerta. “Asumir la presidencia de Unilpa es un desafío para mí personal bastante importante y espero estar a la altura de la industria pampeana”, dijo a Radio Textual (LU 33).
Iglesias reemplaza en el cargo a Nicolás Grundig (titular de Pagrún, comercializadora de sal). En tanto, como vicepresidente fue elegido Juan Pablo Azcarate, de Living Confort; vicepresidente 2°, Agustín Cayre, de Aschieri & Cia; secretaria, Valeria Fuentes, de Fundición Colden; prosecretario, Gustavo Varela, de Osvaldo R. Varela e Hijos; tesorero, Nicolás Alarcia, de Casa Alarcia; protesorero, Rodrigo Pérez, de El Nano/Aguas Rolón; primer vocal titular, Javier Moldovan, de Ilka Construcciones; segundo vocal titular, Javier Ortiz, de Abertecno; primer vocal suplente, José Luis Sánchez, de Forestal Pico; y segundo vocal suplente, Juan Pablo Arano, de Dos Anclas.
El flamante dirigente dijo que, en líneas generales, han caído las ventas de las industrias pampeanas, pero resaltó que la intención es mantener las fuentes de trabajo. A su vez, destacó el acompañamiento del Gobierno de La Pampa a las Pymes. “En la Provincia han tomado medidas de emergencias muy buenas para el empresariado y sus empleados”, resaltó.
– ¿Cómo están sobrellevando este difícil momento de la economía las industrias pampeanas? – le consultaron en Radio Textual (LU 33).
-La verdad es que tenemos que hacer relevamiento entre los socios porque la información que tenemos es del año pasado, con lo cual se imaginará que los números hoy son totalmente distintos… Uno de los primeros pasos que propuse yo es relevar el estado de la situación de la industria hoy. Pero sí, en definitiva, la sensación es que está dura la situación y que es un momento de cuidar más que de expandirse.
-Lo que se observa es que hay una combinación que tiene que ver con la caída del consumo, obviamente caída en las ventas, y a su vez por el otro, un impacto también en las tarifas, como electricidad y gas.
-En esto voy a hablar por mi empresa. Nosotros tenemos tarifas mayoristas, por lo que no nos han variado mucho (los costos). Pagamos el gas, que es nuestro mayor insumo, ya dolarizado hace muchos años, desde la época del gobierno de Cristina (Fernández). De hecho, por el gasoducto (Néstor Kirchner) hay más oferta de gas, con lo cual nos vino un poco mejor (en las tarifas)… Lo que está impactando fuerte, en mi empresa y en todas las industrias, es la caída de las ventas. Sin duda, ese es el problema a prestarle más atención. Si usted tiene los mismos costos del año pasado y le bajan un 30% las ventas, la ecuación se pone tirante… Entonces ahí está, me parece, el problema, más que en el aumento del costo del insumo.
– ¿Y en cuánto cayeron las ventas?
– Las mías cayeron poco, por suerte. Yo estoy muy ligado al negocio petrolero, pero cayeron… En mi caso, he tenido una baja interanual de un 10% de ventas.
– Y charlando con sus colegas, ¿qué rubro es el más afectado en estos momentos por el tema de las ventas?
– Yo creo que la construcción. Me parece que el rubro más golpeado ha sido de la construcción, tanto de obra privada como obra pública. De vuelta, es todo a “manómetro”, porque no tengo datos duros, ni precisos, ni números concretos, pero así, a mano alzada, me parece que el rubro más dolido fue el rubro de la construcción.
– ¿Y ve algún piso de esta caída?
– Me parece que está cerca el piso. Espero que esté cerca y que la actividad se reactive. Somos optimistas. Yo soy optimista por naturaleza. No soy economista ni entiendo mucho de las variables macroeconómicas del Gobierno Nacional, pero lo poco que entiendo es que no hay un panorama claro. Ahí estuve leyendo un informe de una consultora de Poliarquía esta semana que decía que el espíritu o el optimismo del empresariado está bajando en base a meses anteriores. Eso me da la sensación de que el panorama no es bueno. Pero, bueno, esperemos que sea una sensación nomás.
– Lo que pasa es que todos los números del Indec son negativos. El consumo sigue cayendo y la capacidad industrial instalada está en la mitad.
– Sí, pero también se está, a fuerza de baja de consumo, bajando la inflación, que me parece que ese es un problema también grave. Ahora el desafío del gobierno nacional es cómo mantener estos niveles de inflación controlables y aumentar el consumo. Me parece que ahí está la madre del borrego, digamos.
– ¿Y la desocupación?
-En nuestro caso, el objetivo que tenemos es cuidar el personal. Sin duda. A cuesta de posibles inversiones o posible crecimiento, uno se aboca más a controlar lo que ya tiene y mirar para adentro, porque, en definitiva, yo como empresario Pyme en Santa Rosa tengo nula injerencia sobre la situación política o económica del gobierno nacional. Entonces uno trata, dentro de sus cuatro paredes, ser lo más prolijo y lo más cuidadoso y lo más responsable posible.
– ¿Hay algún canal de diálogo con autoridades las autoridades provinciales y las nacionales?
– Sí, con las autoridades provinciales siempre hubo mucho trabajo en conjunto. Hay una muy buena relación. La verdad que han tomado medidas de emergencia muy buenas para el empresariado y sus empleados, como el plan para pagar los aguinaldos con el Banco de la Pampa. La verdad que la aceptación y el apoyo por ahora ha sido total y sin dudarlo le puedo decir que la Provincia ha hecho mucho para amortiguar esta baja de actividad. Con la ministra de la Producción (Fernanda González) yo tengo un diálogo muy fluido y muy sincero. En eso quiero dejarlo bien en claro: dentro de los problemas que hay, las relaciones son muy buenas y se han hecho cosas creativas y me parece replicables en otros lados. Y en cuanto con el Gobierno Nacional, todavía no, pero la idea es abrir un canal de diálogo.