En medio del debate por el anunciado veto a financiamiento universitario, Javier Milei decidió asumir sin complejos la agenda menemista y analiza proponer el fin del ingreso irrestricto y el arancelamiento de las universidades públicas. Otra posibilidad es traspasar las universidades nacionales a las provincias.
La posibilidad de arancelar o incluso provincializar las universidades fue publicada por La Política Online y Noticias Argentinas, respectivamente, de acuerdo a fuentes oficiales consultadas.
Según publicó NA, en la mesa política que sintetiza al Poder Ejecutivo estudian la posibilidad de traspasar las universidades nacionales, con un presupuesto mínimo, a las provincias para que sean los gobiernos provinciales los que se hagan cargo de su funcionamiento y centralmente de su financiamiento, con la posibilidad de avanzar en un potencial arancelamiento si así lo dispone cara jurisdicción. “Las universidades eligen sus autoridades como quieren, arman plan de estudio y le mandan la factura a la Nación. Así cualquiera”, se jactan por los pasillos de Casa Rosada al tiempo que confiesan lo que hasta ahora es solo una idea a la que le hace falta pulir. Para poder efectivizar la incipiente voluntad, se debe enviar una Ley Nacional para aprobar el traspaso, y conquistar el visto bueno de cada gobernador.
En tanto, La Política Online publicó que eel Gobierno analiza poner un cupo máximo, arancelar la cursada e implementar “préstamos de honor” similares a los que existen en Chile o Estados Unidos.
Mientras el Gobierno sostiene el desfinanciamiento universitario, comienzan a filtrarse los planes para el sector que le provocó la primera derrota política a los libertarios el 23 de abril. Hay quienes creen que la crisis generada por los libertarios facilitará las reformas que Carlos Torrendell tiene en carpeta.
Entre las propuestas que evalúa la Secretaría de Educación está un examen de finalización del secundario que se convertirá en uno de los insumos para implementar el cupo universitario.
Desde el gobierno sostienen que las tasas de egreso de las universidades argentinas son “bajas” y que limitar la cantidad de estudiantes servirá para hacer más “eficiente” el sistema.
“Hacer esas generalizaciones sin tomar en cuenta contextos socioeconómicos o antigüedad de las universidades no tiene sentido”, dijo un especialista consultado por LPO.
El especialista en Educación destacó el retorno económico para un país subdesarrollado de las personas que aún sin recibirse, pasaron por la universidad.
Los bancos y las aseguradoras son los principales interesados en avanzar con los “préstamos de honor” que sacan estudiantes en países como EEUU y que terminan endeudando por décadas a los jóvenes. En Chile, la precaria situación de los estudiantes provocó en 2011 una revuelta que puso en jaque a Sebastián Piñera.
“En la Argentina tenemos otra respuesta, no necesitamos importar problemas de otros países. Es muy miserable desfinanciar a las universidades”, rechazó una autoridad de la UBA, institución que se sumará a la marcha contra el veto de Milei.
“Es incomparable el gasto por alumno de países como México, Brasil o Chile. Sin embargo, la UBA es la mejor universidad de América Latina”, explicó.
Por el momento y a poco de una nueva marcha universitaria, el gobierno sigue rechazando aumentar el financiamiento de universidades nacionales y se arriesga a un revés similar al sufrido seis meses atrás.