Por Norberto G. Asquini
Hay una batalla cultural promovida, buscada y acicateada por el gobierno de Javier Milei, y que con el objetivo de fidelizar a los propios, y a los aliados, busca chocar con todos. En ese escenario, el desfinanciamiento a la Universidad Pública y el ajuste a los jubilados no es solo para sostener el latiguillo del “déficit cero”, es una avanzada simbólica contra los adversarios de los libertarios (desde los “colectivos del mal” universitarios hasta los jubilados que para ellos “estafan al sistema”). Y el contraataque del Banco Nación contra La Pampa por el aporte solidario que promovió el gobernador Sergio Ziliotto es otro de esas escaramuzas de ese mismo conflicto. Una disputa a nivel país que tiene consecuencias para la provincia.
Pelea de arriba, peleas de abajo
Milei tuvo una semana para el olvido con datos económicos y sociales que horrorizan como la pobreza que se disparó, inversiones que no llegan, los números que siguen cayendo y los propios errores como la gafe de los incendios en Córdoba. Y esta semana tendrá otra parada importante: la masiva marcha en defensa de la Universidad pública. Frente a este contexto, el presidente decidió redoblar la apuesta, avanzar con nuevos ajustes y hacerse un acto autorreferencial.
En ese marco, el conflicto en La Pampa con el Banco Nación fue otra de las escaramuzas, otra más, de la batalla cultural que se pelea en el máximo nivel, en todos los frentes: desde la nueva canción y video «Fanático» de Lali Espósito que deja desnudo al rey, hasta la micropelea que se da acá a la vuelta de la esquina, en la despensa del barrio, en el recreo de un colegio, en el comentario a una red social. Así, si la pobreza creció 10 puntos en el gobierno de Milei, los que lo bancan afirman que necesita ocho años para bajarla. Si un docente votó para ajustarle a todos y achicar el Estado porque “no hay plata”, ahora critica al gobierno provincial porque no hace lo contrario y reclama que pague los aumentos con la que le sacan desde Nación. Si el almacenero pedía que se fueran los subsidios para los vagos, ahora se hace el disimulado cuando no puede pagar lo que le vino de luz.
La pelea por el Nación
El aporte solidario que debe pagar el sistema financiero y bancario en La Pampa para alimentos de los sectores vulnerables tuvo su primer capítulo en el parate de cuatro meses que impuso la oposición unida –en alianza con los ruralistas de Milei locales- al proyecto de Ziliotto. Lograda su aprobación, sobrevino el ataque nacional. Primero desde el Banco Nación que es funcional al discurso libertario y fue puesto al servicio de la política partidaria nacional.
El Banco Nación anunció así que se oponía al aumento de los Ingresos Brutos en la provincia (que es por cuatro meses) y la semana pasada anunció que cerraba la gerencia zonal (aunque parece que la decisión ya estaba tomada de antemano como parte de la motosierra y esta disputa le dio una buena excusa). Desde las usinas libertarias salieron a apoyar al banco y a atacar el “impuesto”, de hecho el ministro Caputo se mostró “solidario” con las supuestas víctimas. En La Pampa, por supuesto, se sumó el Pro, en su estrategia de buscar el choque con la gestión provincial, sobreactuando los temas y las posturas.
Sumándose a hacer el trabajo sucio a Milei aunque no sea parte de su fiesta. Desde el Gobierno provincial respondieron y el senador Daniel Bensusán cruzó a Caputo a quien recomendó que antes de hablar «debería traer sus ahorros de los paraísos fiscales».
Discurso para el campo
La otra disputa sobrevoló, más ligera y algo disimulada, pero no menos contundente, en la Rural de Santa Rosa. Ante un auditorio que aplaude las bravuconadas ideológicas de Milei y pide, en la misma sintonía ideológica, menos Estado, el gobernador dio su discurso que contrasta la economía libertaria con más apoyo al sector y el anuncio de nuevos beneficios a pesar de la crisis económica.
Ziliotto enumeró las consecuencias negativas que sufre el sector productivo que debe sobrellevar un escenario de más concentración económica, más extractivismo, menos divisas para el crecimiento y menos ventajas para quien produce. El ruralismo todavía vive su hora de deslumbramiento con un presidente que supuestamente representaría sus intereses, pero que incumplió la promesa de sacarles las retenciones que hizo en la Rural y en el Presupuesto está previsto otro aumento.
Proyecto contra proyecto
La batalla cultural, dijimos, también se pelea en La Pampa. A cada rato, vemos como Milei activa su discurso super ideologizado para sostener los resultados de la motosierra (en el que los trabajadores del Estado son ñoquis y los jubilados “gente que no aportó al sistema”), que impone su agenda, traspasa los límites democráticos y hace vivir el ajuste con crueldad (a los que menos tienen, eso sí).
Esos ataques en la Provincia le apuntan al Estado provincial y al peronismo que encarna un proyecto y un rol para ese Estado. No importa si La Pampa tiene equilibrio fiscal, el problema es que es peronista. Mientras tanto, el gobierno provincial resiste y contraataca. No hay otra en el conflicto planteado por la era Milei y que solo busca aplastar lo que se le ponga adelante.