Norberto G. Asquini
Las provocaciones, los insultos y la crueldad al momento de las decisiones en la era Milei han empujado a un estado de política de lo salvaje. La ley de la selva de Milei, donde nada puede ser gratis ni público, tiene consecuencias profundas. Pero también toda acción tiene una reacción. Ahora los influencer libertarios se quejan de que son corridos y los legisladores mileístas de que son escrachados cuando hace unas semanas apoyaron detenciones arbitrarias y hasta el gaseamiento de una nena de 12 años. Un gobierno salvaje derrama ese mismo clima al resto de la sociedad.
La Pampa vivió ese agite la semana pasada. Tanto en las calles como en las redes sociales, porque como dice el consultar Esteban Concia, no hay una o la otra, son lo mismo. El celular te mete en el debate y en la discusión con solo abrir una aplicación.
La semana tuvo de todo, y para que haya de todo en La Pampa, eso muestra la temperatura social que se vive en el país: la toma de la UNLPam en defensa de la Universidad pública luego de la ratificación del veto de Milei a la ley que las financia y la huida de un diputado macrista; la discusión por el cierre de sucursales del Banco Nación continuó; las protestas contra la RTO en Santa Rosa casi llevaron a la agresión de un concejal; los docentes reclamaron en Santa Rosa por aumentos salariales. Todos conflictos diferentes y con sus particularidades, pero con un mismo hilo conductor: la era Milei del ajuste y batalla cultural sacude a la sociedad. Todo lo que toca Milei se convierte en conflicto.
El conflicto por el cierre de las nueve sucursales del Banco Nación en La Pampa fue, y es, una disputa de sentidos. Dos manera se entender la política confrontadas. El gobernador Sergio Ziliotto retrotrajo el aumento de ingresos brutos al BNA y los bancos privados, que lo pasará a absorber el Banco de La Pampa, para el aporte solidario. Le tiró toda la presión a Milei. Y ahora parece que Milei no cierra las sucursales. Finalmente, la pelea por el aumento de ingresos brutos al BNA era cuestión política, no económica. El cierre era una extorsión de Nación contra la medida de Ziliotto. Fue un capítulo más de los choques entre Nación y Provincia que van a seguir.
Otro conflicto es el de los docentes. En la base está el ajuste de Nación a Provincia. Sin los recursos necesarios (Nación le debe más de 60.000 millones de pesos a la provincia y otros 100.000 le quitará en el Presupuesto 2025), el Gobierno provincial no pudo sostener la cláusula gatillo. Los llamados “autoconvocados” reclamaron primero por su salario y Utelpa se vio obligado a ponerse el frente para no quedar en offside. Los autoconvocados aglutinan un poco de todo detrás de un reclamo genuino, así se vio a docentes radicales y hasta una diputada del Pro acompañando a dirigentes al interior. Lo que piden estos sectores, y votaron, a nivel nacional es el ajuste, pero que no les gusta que se aplique en La Pampa. En los meses que vienen, no será el único conflicto laboral que habrá en la Provincia.
El conflicto por la RTO en Santa Rosa es una cuestión puntual de una gestión municipal, pero que hace ruido en la capital provincial. El intendente Luciano Di Nápoli busca recaudar, con el argumento legítimo de mejorar la seguridad vial. Como también lo hace con las cámaras y los radares, cuya puesta en marcha un tanto desprolija (ni siquiera están señalizados los lugares donde están colocados) pasó desapercibida pero será otro dolor de cabeza en breve para quienes reciban la boleta y para la misma municipalidad cuando crezca el descontento. Con la RTO la oposición estuvo en contra y puso en marcha una campaña que no fue escuchada por el municipio. En este caso la disputa se desmadró con la intervención de algunos elementos marginales incentivados por sectores de la oposición. Se vivieron escenas violentas que llegaron hasta interrumpir una sesión del Concejo Deliberante y amenazar y casi agredir a un concejal. Hablamos de política salvaje y acá se vio en vivo y en directo.
Y por supuesto, el veto a la Ley de Financiamiento Universitario y la toma de las Universidades públicas, como el caso de la UNLPam. La expresión más pura de la política mileiste de arrasar con todo lo que se le ponga adelante. Aunque se quiera dar desde los libertarios una batalla cultural con argumentos flacos y mentirosos (solo van los ricos, faltan controles, un grupo de dirigentes hacen política con la plata) quien haya transitado por la Universidad pública sabe que se caen por el peso de la misma realidad. Por supuesto que a quienes militan las fake news libertaria no les importa. Fue una muestra más del ajuste aún más espantoso que se viene para 2025.
La política salvaje de Milei acorrala y obliga a reaccionar. Esta semana fueron corridos un influencer provocador y varios diputados que votaron a favor del veto. En La Pampa, el diputado Martín Ardohain se escapó del aeropuerto en un coche policial para no tener que enfrentar a un grupo de estudiantes. Al diputado aliado a los libertarios y amante de la ley del mercado lo tuvo que salvar el Estado. Después sobreactuó la situación y la dirigencia del Pro, sin ponerse colorada, salió a “repudiar” el supuesto escrache. La violencia en cualquier caso está mal, pero si se pisan tantas cabezas, en algún momento te van a venir a reclamar.