Un total de ocho trabajadores, pertenecientes a los grupos de apoyo, técnicos y profesionales, se acogieron a la ley de retiros voluntarios en la planta experimental del INTA Anguil. El plazo vencía anoche, a las 23, con lo cual en las próximas horas podría conocerse si se sumó a la iniciativa algún otro empleado del organismo. El plan de retiros voluntarios fue lanzado por el Gobierno nacional de Javier Milei, en un marco de ajuste y achicamiento del Estado. “Todo esto resiente y afecta la tarea de la institución: se llevan al privado al personal más formado”, lamentó Roberto Maldonado, secretario general de la Asociación del Personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (APINTA).
La estación experimental cuenta con 136 empleados, 25 de ellos en planta transitoria. Contar con una conducta “intachable” y estar en planta permanente son los requisitos mínimos para poder acceder a la medida. La indemnización consiste en un sueldo y un cuarto por cada año de antigüedad para aquellos asalariados que posean hasta 19 años trabajados, pero para aquellos con 20 años laborales acumulados en adelante la cifra comprenderá el cincuenta por ciento de un salario por cada año desempeñado. “El objetivo de Nación es sacar de la cancha a los técnicos, científicos e investigadores comprendidos entre los 40 y 55 años para que los absorba el sector privado. Se van del INTA personas con mucho conocimiento y capacidad: es muy triste”, resaltó el dirigente gremial de Anguil.
Reveló que el achicamiento de la planta repercutirá fuertemente en los grupos de apoyo, que se desarmarán, y en los planes proyectados que serán abandonados. El ajuste ocurre en un contexto de pérdida salarial en el sector, que desde diciembre a la fecha sufrió una caída del 37 por ciento en la remuneración mensual.
