Esta semana se profundizaron los problemas en la entrega de medicamentos a los afiliados de la obra social de los jubilados PAMI de todo el país. Los problemas se deben a que la semana pasada se cambió la forma de facturación de la obra social de los jubilados, a través de una empresa llamada Farmalink. El proceso de transición presentó fallas, como la imposibilidad de reconocer algunas prescripciones previas al 1° de noviembre y una saturación en el sistema de validación, que dificultó la entrega de medicamentos.
Miguel Osio, presidente del Colegio Farmacéutico de La Pampa y vicepresidente de Federación Farmacéutica Argentina (Fefara), se lamentó por la situación. “Los jubilados del PAMI pagan el pato por la mala administración del cambio en el sistema de recetas. Pensábamos que Farmalink, que es una empresa de la industria farmacéutica, iba a tener los recursos técnicos y económicos mínimos para hacer el paso de una empresa que venía desde 2018 hasta ahora sin problemas. Pensábamos que iba a ser transparente tanto para afiliados como para farmacias. Pero está lejos de eso”, dijo, en una conferencia de prensa.
El dirigente explicó que PAMI decidió hace 3 meses que Farmalink iba a tomar todo lo que es la validación online de recetas. “La empresa tiene experiencia, pensamos que iba a funcionar bien, pero no pasó: las pruebas que se hicieron no daban resultados positivos, por lo que pidieron que Praxis (la empresa informática de la Federación Farmacéutica) continuara 3 meses más hasta el 1 de noviembre”, dijo.
“Cuando todo tenía que empezar sin problemas, todo fue catastrófico. Desde 2018, el sistema había llegado a una perfección tal que se empezó a trabajar con recetas digitales. Ahora la validación es lenta, el sistema se cae, las farmacias no pueden validar, las recetas no están… Un desorden total”, expresó.
Además, hay cambios en las coberturas del valor de las medicaciones. “Antes venía el afiliado de PAMI, preguntaba cuánto era, no pagada nada y se llevaba el medicamento. Hoy no podés hacer esa consulta de cuánto reconocimiento tiene el medicamento de la receta: hay que validarlo, facturarlo y recién ahí sale si te lo reconoce o no. Si sale con un porcentaje que no es el 100%, el afiliado a veces no puede pagar y hay que anular la facturación. Con lo cual el trabajo administrativo de las farmacias se entorpece notablemente”, dijo.
“El afiliado de PAMI no es un afiliado cualquiera: es generalmente poli medicado, la medicación la necesita hoy y tiene tratamientos que no puede interrumpir. Más allá del problema económico, hay un problema sanitario muy importante que afecta a 5 millones de argentinos que son nuestros mayores”, dijo.
Osio incluso anticipó que esto podría derivar en un corte del servicio del PAMI en las farmacias. “Ya pasó hace algunos años y acá va a pasar esto, la farmacia no va a poder atender. Y el perjudicado va a ser el paciente afiliado al PAMI. Lo mínimo que pedimos es seriedad y si no pueden hacerlo bien, dejen a los que estaban haciendo las cosas bien”, finalizó.