El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, presentó ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) nuevas pruebas que demuestran la posibilidad de Mendoza de cumplir el fallo emitido en el año 2020, con el agua almacenada en el complejo hidroeléctrico Nihuiles sin realizar ningún tipo de obra de infraestructura.
Un informe técnico elaborado por la delegación pampeana de la Comisión Interprovincial de Atuel Inferior (CIAI) demuestra que el argumento mendocino sobre la necesidad de aumentar la oferta de agua en la cuenca para cumplir con el caudal mínimo permanente de 3,2 m³, según lo dispuesto en el fallo de la CSJN, es insostenible frente a la evidencia: el agua está disponible en la cuenca; lo que falta es voluntad de compartirla mediante un manejo conjunto.
Según manifestó Ziliotto en la nueva presentación, queda extensamente acreditado que el cumplimiento del fallo se puede dar de manera inmediata si se fijan las Normas de Manejo de Caudales necesarias, contemplando al “Usuario Ambiental”. Todo esto, sin ningún tipo de alteración significativa de las reservas.
Así, luego de la presentación efectuada por la CIAI pampeana en abril pasado, donde se mostraba que Mendoza podía cumplir sin inconvenientes con el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de julio del 2020, ya que el agua estaba disponible en la cuenca, la realidad sigue dándole la razón a La Pampa.
En esa presentación se acreditó la existencia de agua y se hizo saber los posibles manejos de derroche que haría la provincia de Mendoza para “disminuir sus reservas”.
Todo lo pronosticado en el informe presentado en abril por la provincia de La Pampa se cumplió.
Transcurridos 7 meses se remitirá a la Corte un nuevo informe elaborado por la CIAI pampeana que contiene todas las pruebas de las maniobras realizadas, que demuestran que la falta de agua en el Atuel pampeano responde a un único factor: la falta de voluntad de Mendoza de compartir el río.
La temporada de riego anterior terminó en el mes de mayo pasado con erogaciones extraordinarias de agua al sistema de riego del oasis de San Rafael. Esas erogaciones cuadruplicaron (400%) el agua que normalmente se destinaba a riego en abril y mayo de los últimos años. El fin de estas medidas fue el de reducir las reservas del embalse de Valle Grande e impedir tener que compartir el agua con La Pampa al momento que los niveles se recuperan durante la veda de riego.
La temporada de riego actual comenzó en agosto de 2024 y se extiende hasta mayo próximo. Se comenzó a regar con un almacenaje en el embalse de Valle Grande próximo al 100% y se está utilizando nuevamente la mayor cantidad de agua posible. Las erogaciones de agosto y septiembre han sido las máximas de los últimos años.
Según manifestó La Pampa, se vuelve a acreditar el manejo ineficiente y el derroche de agua en el territorio mendocino, regándose parcelas abandonadas o no sembradas, nuevamente a través de un sistema ineficiente “riego por manto”, mediante canales de tierra sucios y descuidados.
En pocas palabras, la realidad ha comprobado que lo proyectado por La Pampa en abril pasado se ha cumplido. No hay excusas, la cuenca del Atuel ha tenido y tiene agua más que suficiente para que Mendoza cumpla con el fallo de la CSJN de manera inmediata. No hacerlo es mostrar la intención de querer que se sigan profundizando los daños ambientales y sociales en la porción pampeana de la cuenca.