El fiscal Andrés Torino indagó e imputó este miércoles a un capataz de la empresa Vial A por la muerte de dos operarios en una boca de registro de cloacas ubicada en la esquina de Jujuy y Río de La Plata, en Santa Rosa. Según pudo saber Diario Textual, a P.A. lo imputaron por el delito de “doble homicidio culposo por violación de normas de cuidado”. Es el primer imputado, pero la investigación continúa.
La semana pasada declararon trabajadores y extrabajadores y le apuntaron a la empresa a cargo de la obra. Aseguraron que las víctimas fatales, Claudio Olgado y Ezequiel Uriarte, fueron enviados a realizar una tarea en las cloacas sin contar con la capacitación adecuada ni los elementos de seguridad necesarios.
Con la indagatoria del capataz, el fiscal buscó conocer las condiciones en las que se dio la instrucción para realizar el trabajo, especialmente en cuanto a las medidas de seguridad y la capacitación que deberían haber tenido los involucrados.
Con la imputación, el fiscal dio un paso trascendente: cree que no les proveyeron pilotos, mascarillas ni barbijos, todos elementos de seguridad indispensables para las tareas que realizaban.
Concretamente, para el fiscal, el capataz dispuso o por lo menos dio la orden de que estos dos trabajadores fueran a prestar esas tareas cuando no estaban capacitados, pudo saber Diario Textual.
En rigor, había otro empleado que estaba capacitado y autorizado a hacer esas tareas, pero ese día se ausentó por un problema personal.
En ese marco, los investigadores tienen la presunción de que la empresa no había establecido los términos de distribución de funciones.
El hecho ocurrió cerca de las 13 horas del martes 22 de octubre, cuando los empleados realizaban una obra cloacal en la esquina de Jujuy y Río de la Plata, en el norte de Santa Rosa. Según se ha determinado, bajaron sin máscaras de protección y los afectó un gas tóxico conocido como sulfuro de hidrógeno.
Los investigadores determinaron que Olgado, de 24 años de edad, bajó al sistema cloacal y se mareó por los gases tóxicos. Su compañero Ezequiel Uriarte, de 27 años, intentó rescatarlo, pero también fue afectado por esos gases.
Para el rescate de ambos fueron convocados los bomberos. Ambos trabajadores fueron internados en el Hospital Favaloro. Esa misma tarde se confirmó la muerte del joven de 24 y un día después la de su compañero de 27.
Uno de los bomberos, de 36 años, fue hospitalizado: al bajar a la boca de tormenta, accidentalmente, se le desplazó la mascarilla y aspiró gases tóxicos. Había sido dado de alta, pero se descompensó y volvió a ser internado.
La autopsia a la primera víctima fatal arrojó que murió por “anoxia cerebral, insuficiencia respiratoria y asfixia por inhalación de sulfuro de hidrógeno”. Lo mismo para la segunda víctima fatal.